26/2/16

Nuevo Cte. VGM Y GOLFO PERSICO CONTRAALMIRANTE Carlos Enrique AGUILERA

Puesta en funciones y desfile

A continuación se dio lectura a la designación del comandante entrante, que fue puesto en funciones por el Vicealmirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur.; para dar paso después al arriado e izado de las insignias de mando y a la entrega del cofre con el distintivo al comandante saliente de manos del Guardiamarina Mariano Gastón Koch.

Para finalizar, el Contralmirante Carlos Enrique Aguilera pronunció la fórmula de subordinación y valor. Los acordes de la Marcha de la Armada dieron paso luego al tradicional desfile.




24/2/16

“EL DÍA QUE MENEM DIJO SI”


La historia secreta de cómo el presidente Carlos Menem dijo “si¨ a la propuesta de Washington a involucrarse en la crisis que luego terminó con la Guerra del Golfo

Por Charles H. Slim y Javier B. Dal




Han pasado largos 25 años desde que la Argentina se involucro en “guerra” que sería el germen de la realidad geopolítica que hoy marca los destinos del Medio Oriente y del mundo entero. En aquel entonces, el presidente argentino Carlos Saúl Menem y el estadounidense George W. Bush, jamás imaginaron que tan pronto asomaba la nueva década, tendrían tantos y profundos contactos que irían más allá de lo protocolar y de los temas de estado.


Era inimaginable, que un “peronista” le abriera las puertas de par en par a los EEUU al país y mucho menos, que le sirviera como el gobierno menemista le sirvió en sus planes geoestratégicos enmarcados en el proyecto de un “nuevo orden mundial”, oficialmente declarado por el mismo George W. Bush el 11 de septiembre de 1991 ante el Congreso estadounidense. Como olvidar aquellos momentos en que el mundo se sacudía con la caída del muro de Berlín, el derrumbamiento de la URSS y una crisis interna china sofocada a sangre y fuego en “Tian An Min”, fueron los argumentos centrales para lanzar una política de unilaterialismo intervencionista que ha causado estragos de notorio conocimiento.


Sin dudas que Menem fue consciente de que no había otra opción para poder sobrevivir en el poder, que colgarse al poderoso de turno y en ese lugar, los EEUU emergían como el poder único tras una larga mitad de siglo bajo la amenaza de la llamada “Guerra fría”. Siendo generosos, Menem podría ser calificado como un gran pragmático para no decir que fue un detestable traidor que se paso los idearios del movimiento peronista por las suelas de los zapatos.


Pero más allá de estos escabrosos asuntos de estado y de la política partidaria, documentos que se encontraban como clasificados en los archivos de la NSA y del servicio secreto de la Casa Blanca, demuestran que el presidente George W. Bush tenía una sincera estimación por su par argentino e incluso podríamos interpretar, una cierta consideración al momento de tratar de entender los esfuerzos que realizaba la Casa Rosada por impresionarle a él y a los círculos del Stablishment en Washington. Quién vivió aquellos años, no puede olvidar a un Menem casi pueblerino que tras la visita de Bush en Diciembre de 1990 llevaba tímidamente pero, con la típica picardía argentina., a un Bush que mascando chicle y mirando para todos los lados, trataba de impresionar al “Cowboy venido del norte”.


Pero la relación entre Menem y Bush había comenzado tempranamente a comienzos de 1990 con llamados telefónicos entre La Rosada y La Casa Blanca, en momentos en que desde el gobierno argentino, acorralado por los desaciertos económicos y una situación social que parecía estallar en variadas expresiones, se buscaba captar la atención de Washington. Según algunos de estos documentos, a Bush y su círculo de republicanos no les agradaba y menos aún confiaban en un gobierno justicialista que históricamente había sido una ideología hostil a los intereses norteamericanos en el país. Es más, según algunos reportes de la CIA operando en Buenos Aires, señalaban que Menem estaba conectado a varios sectores altamente peligrosos –especialmente los nacionalistas- para los proyectos económicos y políticos que se implementarían en la región, por lo cual, se hacía necesario trabajar sobre sus planes y opciones de gobierno. Era indudable que Bush fue puesto al tanto de estos pormenores y como viejo zorro del mundo de la inteligencia –porque fu el jefe de la CIA-decidió encarar el objetivo “Menem” en persona y sacar sus propias conclusiones.




A comienzos de 1990 Washington seguía manteniendo muy buenas relaciones con Iraq e incluso la CIA seguía operando con elmukhabarat iraquí para obtener informes de inteligencia sobre cómo se re establecía militarmente el Irán de Khomeini. A la par de ello, los roces entre Iraq con sus vecinos del Golfo especialmente con Kuwait, no parecían atemperarse y también entre medio, la CIA seguía de cerca hasta donde llegaría Saddam para que Kuwait y Ryad cumplieran con sus compromisos. Y según algunas fuentes, fue la misma CIA la que acercó a Bagdad, las pruebas de que los kuwaitíes estaban robando crudo desde una perforación inclinada en los campos petroleros de Rumailah del sur. Al mismo tiempo, la misma agencia comenzó a sembrar dudas en la familia real de Kuwait sobre las intensiones de Bagdad y las posibles acciones que “el malvado Saddam” podría encarar en su contra.


Según se ha sabido, todas las llamadas que se hacen desde y hacia la Casa Blanca son meticulosamente grabadas y archivadas en los bancos de información de la National Security Agency, algo que el otrora George Bush sabía muy bien, como parte de un protocolo de seguridad interna que tiene EEUU.


Fue en medio de esta oscura y secreta circunstancialidad que el presidente Menem y su par, George Bush, fueron tejiendo una amistad que llevaría a que -seguramente ganado por el entusiasmo- Menem comprometiera al país más allá de lo que cualquier otro estadista argentino lo había hecho en beneficio de los intereses de otra potencia extranjera. Fue sin dudas una llamada que partió de la Casa Rosada a la Casa Blanca efectuada a finales del mes de agosto de 1990 en tempranas horas de la madrugada, la que definió la lealtad del gobierno menemista con el proyecto que Washington llamaba “Una Argentina democratizada y con una economía líder”.


Eran momentos en los que Washington estaba limpiando los vestigios de los gobiernos que en las décadas de los setentas y ochentas había apoyado con entusiasmo para contrarestar las influencias de la Cuba Castrista aliada a la URSS. Recordemos lo que sucedió con Panamá y el gobierno de Manuel Noriega en 1989, que pese a la cercanía que hubo con la Casa Blanca y con la CIA, George Bush ordenó sin miramientos la invasión y el derrocamiento del gobierno militar liderado por aquel viejo amigo. Sin dudas que ello fue una advertencia para el resto. Fue por ello, que Bush comenzó una agitada agenda de visitas a los países de la región para que, los nuevos gobiernos, se plegaran a las nuevas directivas que perseguían como principales objetivos, instalar “democracias y economías neoliberales” descaradamente adictas a EEUU.




En Argentina la clase política poco o ningún interés tenía en resistir la oleada y Menem no dudo en montarse en la cresta. Fue de ese modo que en aquella llamada realizada desde la Quinta de Olivos y que fue recibida por el mismo Bush, el mandatario argentino –obviamente con traducción simultánea- le comunicó su intensión de querer participar en la crisis que se había desatado en el Golfo Pérsico a comienzos de mes, por lo cual comenzó diciendo: “Hola, señor presidente! Espero no haberte importunado con esta llamada.
Se habrá enterado de que la comitiva de defensa estuvo por ahí justo en momentos que estalló la crisis de Kuwait y como usted tuvo que salir inmediatamente del país, tuvieron una charla con Dan Quayle y quería saber qué le ha parecido nuestra propuesta”. Sobre la marcha Bush repuso: “Hola mi amigo! He estado al tanto de dicha visita y debo decirte que ha causado muy buena impresión en mí y en mis colaboradores; debo decirte que personalmente me ha congratulado porque has sido el único representante de tu región que ha expresado un ferviente y abierto deseo de colaborar con el serio problema que ha surgido en aquella región”. A esto, Menem respondió: “George, es un compromiso que he decidido encarar para acompañar en el proceso para instaurar el desarrollo y la paz mundial y del cual como presidente de la república Argentina, no voy a eludir”. A lo que Bush repuso:“Mira mi amigo, tengo aquí en mi despacho las notas que se tomaron de la entrevista de tu comitiva con el vicepresidente y ….(pausa) ahora mismo las hare revisar y yo mismo enviare un despacho al Departamento de la Defensa y al Pentágono para que tomen en consideración las propuestas que figuran en el memo”. A lo que Menem respondió: “George, no dudes ni por un momento que mi gobierno pondrá a disposición de la causa de la paz y la seguridad internacional, los medios que sean posibles para estar lado a lado en este desafío”. Para lo cual entre sonrisas Bush, repuso: “Muy bien colega, tómalo como un hecho. Mañana me reuniré con el Jefe del Estado Mayor y todo su Staff para comunicarle que tenemos un aliado confiable en el sur y que por los canales correspondientes comiencen los contactos con tu Estado mayor para que evalúen tus propuestas y las que hagan tus comandantes, ok?” A lo que Menem respondió: “Ok George, ahora inmediatamente informare al Estado Mayor Conjunto para que se pongan a trabajar en el tema y estén pendientes de ustedes. Desde ya te mando un abrazo George”, y Bush le respondió: “Muy bien colega, no te preocupes seguiremos en contacto, adiós”.




Según algunas fuentes contemporáneas, hasta ese momento George W. Bush no tenía mucha idea –más allá de los informes de la CIA- de quién era Carlos Menem ni de cuáles eran sus orientaciones políticas, pero fue ésta llamada la que impresiono muy positivamente al mandatario norteamericano quien en una reunión en el salón Oval con el entonces jefe del USSOUTHCOM y el presidente del Estado Mayor Conjunto el general Collin Powell quién dijo “I like this guy!” mientras entre comentarios y algunas chanzas, analizaban la credibilidad de Menem y su gente. Esta llamada movió a Bush a que realmente pidiera informes sobre lo que se había charlado tras la visita del Ministro de defensa argentino y su comitiva que justo habían estado, en momentos que él y su equipo partía hacia Arabia Saudita. Incluso ésta fuente agrego que Bush repuso categóricamente: “me gusta este tipo y quiero que tomen enserio su propuesta para conformar la fuerza de tareas”, algo que Collin Powell asintió con una leve morisqueta en su rostro.


Sin dudas, el paso del tiempo y todo lo que ha pasado tras aquellas decisiones, han convertido a estas situaciones en meras anécdotas políticas que, pueden o no pueden ser creíbles pero algo es cierto; y que George W. Bush hizo mucho por proteger al gobierno de Carlos Menem por el simple hecho de que le caía muy bien.

23/2/16

Otro Veterano del Golfo Persico que cumplio con su deber Contraalmirante Maximo Leon Perez Barreto

La Escuela de Guerra Naval tiene nuevo director
16-2-2016 | En una ceremonia de la que participaron autoridades militares, plantel docente, alumnos y personal civil, el Capitán de Navío Félix Plaza tomó su cargo como director.


Entrante




Buenos Aires – A partir de las 11, en el salón “San Martín” del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas, se llevó a cabo la entrega y recepción de la dirección y subdirección de la Escuela de Guerra Naval (ESGN).

El director saliente, Contralmirante VGM Máximo Pérez León Barreto, entregó el cargo al actual director, Capitán de Navío Félix Plaza. La ceremonia estuvo presidida por el subjefe del Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante Horacio Nadale, y el director general de Educación de la Armada, Contralmirante VGM Ricardo Raúl Christiani.

Además, estuvieron presentes el subsecretario de Formación del Ministerio de Defensa, doctor Eduardo Thenon; el director de Institutos Militares y los directores de las Escuelas de Guerra Conjunta y específicas, así como también agregados navales.

Asistieron, además, autoridades navales y personal militar y civil del destino, junto a personal que integra el plantel docente e invitadores especiales y familiares de ambos directores.

El acto dio inicio con una invocación religiosa a cargo del capellán del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas, Alberto Barda.

Luego, el Contralmirante Pérez León Barreto pronunció palabras alusivas y se dirigió al personal diciendo: “Es parte de nuestra cultura naval, darle formalidad a las entregas de comandos y direcciones como la que hoy nos convoca”.

“La dirección ha sido fuente de innumerables satisfacciones, una experiencia enriquecedora para el espíritu… y aprovecho, entonces, para destacar una vez más, la generosidad de quienes entregan desinteresadamente todo lo que tienen para contribuir a que nuestros alumnos egresen con las competencias que les requiere la actividad profesional”, expresó el Contralmirante.

“Nuestros alumnos refuerzan la esperanza en el futuro y ha sido un orgullo formar parte de la tarea educativa”, manifestó el director saliente.

Además, expresó su sincero agradecimiento a quien fuera subdirector durante su gestión: “Con clara percepción de cada uno, supo dirigir y coordinar a quienes diariamente arriban a la escuela, logrando convocar todos los talentos y combinar los aportes para la resolución cooperativa de las contingencias”.

“Como veterano de la Guerra de Malvinas, del Golfo Pérsico y la ex Yugoslavia, como tripulante y comandante de nuestros buques, he aprendido también que llegamos al combate con lo puesto, que lo difícil es, un instante más tarde, actuar bajo fuego enemigo manteniendo clara conciencia del futuro; y la educación tiene mucho que decir sobre esto”, agregó.

Posteriormente se realizó la lectura de la disposición del director general de Educación de la Armada que designó al nuevo director de la ESGN, y seguidamente, el Capitán Plaza realizó su juramento.

La ceremonia finalizó con la entonación de la Marcha de la Armada.

Cte. Flota de Mar un veterano del Golfo Pérsico. Capitan de Navio Rafael Gerardo PRIETO

Cambió el comandante de la Flota de Mar
22-2-2016 | El Capitán de Navío Rafael Gerardo Prieto asumió en reemplazo del Contralmirante VGM Juan Carlos Temperoni.




Puerto Belgrano – 22/02/2016, a bordo del destructor ARA “Almirante Brown”, se llevó a cabo la ceremonia de cambio de comandante de la Flota de Mar, en la que asumió el Capitán de Navío Rafael Gerardo Prieto en reemplazo del Contralmirante VGM Juan Carlos Temperoni.

Presidió la ceremonia el jefe del Estado Mayor General de la Armada, comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Vicealmirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur.

Estuvieron presentes en la ceremonia comandantes, jefes y directores de destinos con asiento en Puerto Belgrano; Planas Mayores y dotaciones de unidades de la Flota de Mar; junto a autoridades civiles, eclesiásticas, de Fuerzas Armadas y de Seguridad; representantes de Centros de Veteranos e invitados especiales.

El Vicealmirante Srur acompañado por el Contralmirante Temperoni y el Capitán de Navío Prieto pasaron revista a los buques surtos en la dársena. Luego, ya a bordo del “Brown”, el Vicealmirante Srur saludó a los presentes.

A continuación, el comandante de la Flota de Mar saliente dirigió unas palabras de despedida. “En el marco de esta ceremonia y al efectuar un balance de lo realizado resalto los pilares en que basamos el cumplimiento de nuestros objetivos: el liderazgo, la profesionalidad, el esfuerzo individual, el trabajo en equipo y el espíritu de buque”.

“Hemos intentado cumplir con todos los objetivos impuestos y autoimpuestos que implican adiestrar, mantener y alistar para poder navegar, con los medios y recursos disponibles, e independientemente de las dificultades y de las particularidades propias de cada situación, siempre ponderando y minimizando el riesgo de las tareas y nunca temerosos de la acción”, manifestó.

Destacó que lo propicio del momento para agradecer a sus superiores; a su Estado Mayor; a sus comandantes de División; a los comandantes de los buques; a las Planas Mayores y dotaciones de las unidades; a los organismos de apoyo –arsenales, base naval, escuelas, hospital–; a la comunidad de Punta Alta, a sus autoridades y entidades intermedias, a su población y a las agrupaciones de ex-combatientes; a los camaradas de las otras Fuerzas Armadas; a las jefaturas y direcciones de la Armada que facilitaron su labor; y a la promoción 110, a la que pertenece.

“Hoy finaliza mi carrera naval y, sin duda, ser comandante de la Flota de Mar ha sido la máxima aspiración, la de mayor responsabilidad y la más satisfactoria. Este cargo trasciende a quienes lo ocupamos, siempre orientado a sus objetivos y sustentado por tradiciones y valores”, expresó el Contralmirante Temperoni.

Concluido el discurso, se procedió a la lectura de la orden de designación del nuevo comandante y el jefe del Estado Mayor General de la Armada, comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, le tomó juramento.

A continuación, el Vicealmirante Srur puso en funciones al Capitán de Navío Prieto. Luego se procedió al cambio de insignia de mando que el Guardiamarina Gabriel Iván Amores entregó al comandante saliente. Por último, el comandante entrante requirió la fórmula de subordinación y valor; y la ceremonia finalizó con la Marcha de la Armada ejecutada por la Banda de Música de la Base Naval Puerto Belgrano.

“OBAMA CAE EN BUENOS AIRES”




¿Cuáles serían los motivos centrales de la inedita visita de Obama a la Argentina?

Por Dany Smith





Próximamente, la llegada a Buenos Aires del presidente norteamericano Barack Obama es sin lugar a dudas, un acontecimiento relevante en la vida política de Argentina y de la región del cono sur. Igualmente de importante lo es para el gobierno argentino que, dicho sea de paso, se encuentra en la misma frecuencia ideológica del Stablishment estadounidense. Ahora bien ¿qué significa para Obama y particularmente para los que verdaderamente manejan el poder en Washington, la visita a la Argentina? Para responder a esta cuestión, deberíamos ver antes el contexto en el que se realiza esta visita.


Sin dudas que el momento político para La Casa Blanca y para los EEUU en particular no es el mejor. Con el incremento de las tensiones con la Federación rusa por los asuntos en Ucrania y Siria, se agregan los roces con China, a quien la Armada estadounidense ha venido maniobrando en el mar de la China y sobre sus aguas meridionales –en torno a las islas Triton- , con claras intensiones de medir las capacidades de respuesta de la Armada asiática, que dicho sea de paso, tiene convenios de colaboración con la Armada de la Federación rusa. Es en este tipo de incidentes, en los que varios expertos opinan que “hay una deliberada intensión de EEUU por abrir un frente bélico en Asia” siendo sus principales motivos, el mantener en marcha la lucrativa economía bélica que ha sido el motor para la recaudación de dinero, bienes y riquezas varias que además de enriquecer a los magnates de la industria armamentística, proveen al estado norteamericano los incentivos y las justificaciones para mantener “el estado de movilización permanente” que para la industria armamentística y sus empresas satélite representan miles de millones de dólares al año.


A todo ello, el mandatario norteamericano debe agregar el crecimiento de su impopularidad doméstica en el marco de un crecimiento de la tasa de desempleo, el crecimiento astronómico de la deuda pública y los problemas que surgen de cada vez más complejas situaciones entre las empresas de servicios y el consumidor, sus contradicciones en el tema del “ISIS” y las impopulares medidas para involucrarse aún más en los conflictos que aquella franquicia ha creado dentro de Siria e Iraq, para citar a los más conocidos.



En el aspecto de los derechos humanos, Obama no ha repuntado en la imagen que los EEUU se ganaron tras la puesta en evidencia, que sus agencias de inteligencia y sus fuerzas militares de ocupación, desarrollaban y siguen desarrollando torturas, abusos y ejecuciones sumarias contra prisioneros de los países invadidos. A pesar de que en 2009 el mandatario fue galardonado con el “Nobel de la Paz”, los asesinatos selectivos de la CIA, los bombardeos con DRONES y las acciones intrusivas contra la soberanía de otros países siguen sin pausa.


Fue precisamente en este tema, que Obama baso su campaña electoral para llegar a la Casa Blanca, en medio de la indignación internacional por las aberraciones comprobadas en los campos de concentración en Iraq, Afganistán y el insólito Dungeon para musulmanes de Guantánamo, ubicado a pocos kilómetros de la Cuba “Castrista”. En este sentido allá por junio del 2007 afirmó“Vamos a cerrar Guantánamo. Vamos a restaurar el Habeas Corpus. Vamos a dar ejemplo no solo con palabras, sino con hechos. Esa es nuestra visión para el futuro”. Otra de sus promesas fue dejar de lado la política de agresión y de sometimiento a las naciones más pequeñas y con claras desventajas cuando por septiembre del 2014 aseveró “Las naciones más grandes no deberían poder intimidar a las más pequeñas” y una pléyade de promesas más que fueron rotas tan rápido llego a la Casa Blanca. Una contradicción muy acorde a la actual situación de virtual guerra fría con la Federación rusa, es aquella en la cual había prometido reducir el costo y los gastos para la defensa queriendo mostrar que buscaba la paz, incluso reduciendo el poder militar de su país. Pero, no tardo en contradecir estas promesas cuando en Julio del 2008 aseveró “Necesitamos más tropas, más helicópteros, más Drones Predator en la región de la frontera Afgana”. Incluso, sus contradicciones han llevado a desatar las incertidumbres de israelíes y palestinos ante posturas que son imposibles de reconciliar.


Para los anglófilos y partidarios de la american way estos antecedentes son cosas del pasado e incluso la visita de Obama es tan o más importante que la del Papa, dejando a la vista que todas las incongruencias y los desatinos del mandatario no cuentan al momento de meritar su importancia política.




Desde el punto de vista de la agenda de la política estadual, Obama seguramente trae más pretensiones que ofrecimientos, algo que, asombrosamente, no causa inquietudes en la Rosada. Y pese a que la visita es particularmente importante para el gobierno de Mauricio Macri, aunque cueste creerlo, la misma representa una gestión vital para los intereses de EEUU. Entre los temas en la agenda de Obama estaría el nuevo rol de la Argentina en el contexto del enfrentamiento con Rusia, China e Irán que sigue su progresivo agravamiento y con una cuenta regresiva en marcha. Con la base china en Neuquén y los inconvenientes que ello supone para las operaciones de inteligencia electrónica a cargo del Pentágono, es seguro que Obama traiga un plan especifico para contrarestar este asunto. En este sentido, una de las propuestas que traería consigo el mandatario es la de un “estrechamiento en el área militar” que bajo el rótulo de la “cooperación”, haga posible la instalación de una base aérea permanente en el sur, algo de lo cual han venido corriendo rumores extraoficiales.


Pero a nivel mediático, no se ha mencionado ni se mencionaran estos tópicos. Desde las versiones oficiales, se trata de una “agenda bilateral” en la cual Obama y Macri trataran varios temas de capital importancia para ambos países, especialmente enfocados sobre los económico y financiero; pero en la realidad, es imposible que haya una agenda similar ya que entre Argentina y los EEUU no existe una situación de paridad y menos aún de similitudes que pueda generar una conversación entre “iguales”. Por lo que, los puntos de la agenda de Washington vienen para ser entregados y puestos en macha sin ningún tipo de condiciones por el gobierno argentino.


El punto gravitante para exponer como “muy positivo” por parte del gobierno de Argentina ante la opinión pública es el económico y en especial en lo que se refiere al regreso de las inversiones privadas que “traerían capitales que reactivarían el desarrollo y el empleo”; ¿acaso no se trata de un dejavu? Y es que este argumento fue el mismo que por allá en la década de los noventas, el menemismo y en especial el ministro Domingo Felipe Cavallo puso sobre la mesa para sustentar aquellas relaciones carnales que culminaron siendo una verdadera violación.



Pero más allá de la repetida cantinela de las “inversiones privadas” y negociados que llenaran los bolsillos de los altos ladrones de la City y de los grupos concentrados –repitiendo el zaqueo de la década menemista-Obama trae consigo puntos en la agenda que son bastantes oscuros. Uno de ellos es el tema de las políticas de inteligencia y seguridad a las que Argentina deberá comenzar a implementar, como parte de los intereses de la “seguridad nacional” que Washington despliega en su “lucha contra el terrorismo” y que dicho sea de paso, ha servido para controlar los asuntos internos y a los individuos sospechosos de cada país. Los puntos que Obama trae consigo han sido elaborados por el director de la CIA John Brennan quien, además de ser responsable de las últimas acciones de su agencia en Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, había revelado sus conclusiones para acabar con los gobiernos progresistas de la región.


Sin dudas, ésta área del estado comenzara a trabajar con mayor dedicación y prolijidad bajo el estricto seguimiento de la “agencia”, que no permitirá irresponsabilidades y menos aún la inclusión de aficionados políticos que solo han venido aprovechando éste órgano (AFI) para sus propios intereses. En el juego que la CIA tiene montado desde hace ya quince años, no hay lugar para desprolijidades que puedan significar la filtración informativa que tanto ha venido molestando a las políticas de Washington.


En conclusión, la visita de Obama no es más que la preparación del terreno para su futuro reemplazante en la Casa Blanca, que muy seguramente –y como se ha estado viendo en la evolución política interna- será la inefable Hillary Clinton que pueden creerlo o no, a pesar de estar bajo investigación ante el “House Bengazi Committe” por sus nebulosos contactos con los asuntos sucios de la CIA en Libia, se avizora como la próxima presidente con lo cual se pronostican el agravamiento de las situaciones conflictivas y el endurecimiento de las políticas de intrusión, espionaje y control a cargo de las agencias federales alrededor del globo y claro, sobre Argentina.

20/2/16

“LA VERDAD SOBRE LA BATALLA DE BAGDAD”


Nuevas revelaciones de veteranos norteamericanos sobre como el gobierno estadounidense encubrió el uso de armas destrucción masiva en la conquista de la ciudad de Bagdad


Por Charles H. Slim y Pepe Beru






La invasión a Iraq en 2003, fue sin dudas uno de los episodios de la historia contemporánea, más controvertidas y repletas de hechos poco claros en lo que significo para los EEUU y en especial para las tropas lanzadas a la campaña, que al día presente sigue dando testimonios inéditos de lo que realmente sucedió y de que tan duro fue doblegar a los defensores iraquíes que literalmente con uñas y dientes lucharon por repeler a una poderosa fuerza invasora que no dudo incluso, en utilizar armamento no convencional para poder abrirse paso en su largo camino a Bagdad.


En aquel largo y tortuoso avance sobre el territorio más hostil que los estadounidenses pudieron conocer desde Afganistán, los comandantes en sus cuarteles generales había determinado que para conquistar definitivamente a Iraq, había que capturar Bagdad y para ello era imperioso hacerse con el control del Aeropuerto Internacional Saddam Hussein ubicado al sur de la capital. Todo estaba previsto para que dos divisiones de la infantería de marina acompañados por unos doscientos “M2-Bradely” y unos ciento veinte tanques “Abrams” que avanzaban por la carretera 51 que une Basora con Bagdad en combinación con apoyo aéreo de helicópteros “Apache” y las pasadas de los caza bombarderos “F-16” deberían tomar el Aeropuerto.


Pese a que el Pentágono relataba el curso de los acontecimientos como si se tratase de un “paseo por el desierto”, lo cierto era que sus camaradas en el terreno que sufrían el calor, las tormentas de arena y las interminables barricadas de fuego que habían montado los iraquíes, eso era a lo menos, un insulto a la inteligencia de un ciudadano medianamente consciente en lo que se había metido los Estados Unidos. Es más, los reportes que iban llegando de lo que realmente ocurría en los supuestos “avances sin resistencia” y con rendiciones masivas de “desmoralizadas tropas iraquíes”, eran totalmente ajenos a la realidad que al ser conocida, hacían palidecer a los altos mandos que dirigían las operaciones desde Riad. El grado de daños infringidos a las primeras líneas de avance, especialmente en el sur oeste, era tan devastadoras y numerosas que en algún momento se recomendó detener la invasión total y focalizarla al norte del país donde los paracaidistas estadounidenses contaban con el apoyo de lasPeshmerga kurdas y la asistencia de Turquía.


Pero en el sur desde Basora a Karballah y de Naseriyah a Al Kut, las cosas se vieron muy negras para los “marines” y sus apoyos blindados. Se llego a ver fortines con viejos cañones “M-1944 de 100 mm” que flanqueaban las carreteras y muchos de ellos antes de ser eliminados por los aviones, lograron reducir a chatarra a varios vehículos de transporte de tropas y algunos “M2-Bradley”. En el oeste las cosas no fueron mejores y las brigadas mecanizadas que incluso transportaban periodistas de cadenas norteamericanas para trasmitir en vivo, se vieron sometidos a la virulencia de los vientos del desierto que pueden sepultar bajo la arena en unas horas a cualquier objeto que se quede a la intemperie. Y no solo eso; desde que cruzaron la frontera saudita encontraron una fuerte resistencia no solo del ejército regular iraquí sino también de las tribus que hicieron más calamitoso el paso de los norteamericanos.


Tanque Abrams destruido por los iraquies



Sin dudas no fue nada fácil para los estadounidenses rodar sobre el terreno iraquí y eso no sería nada comparado con lo que les esperaba en Bagdad, donde según la historia “oficial” –entiéndase del Pentágono y de los cómicos documentales del History Channel- fue tomada casi sin pelear.


Contrario a esas versiones oficiales, la realidad fue que los iraquíes fueron desgastando los grupos de ataque norteamericanos y británicos, sin que los medios occidentales se atrevieran a difundirlo. Un caso de ello, fue cuando un equipo de la NBC que viajaba en un vehículo de transporte de tropas con el grupo de ataque mecanizado que ingresó por Arabia Saudita hacia el desierto de “Al Anbar”, fue testigo de la ferocidad de los primeros golpes que dieron las imaginativas defensas que habían montado los iraquíes que sin más que arena y algunas elevaciones de rocas para esconderse, dejaron un tendal de vehículos incinerados tras una emboscada a la altura de “Thamil” en el momento menos pensado como lo es una tormenta de arena.


Simplemente, los comandantes de esas divisiones prohibieron cualquier tipo de reporte sobre aquel suceso e incluso le fueron confiscadas las cámaras de los corresponsales con las que “trasmitirían en vivo”. De ese sector las únicas trasmisiones que se conocieron fueron por radio y entrecortadas.


Pero aquel estricto control y censura que habían logrado establecer en 1991 los militares sobre la información sobre el curso de la guerra, no pudo implementarse en las nuevas circunstancias que se vivían allá por el 2003. La CNN había perdido la exclusividad y con ello, el poder de manipular la información como lo había hecho en 1991. A pesar de que uno de los objetivos primordiales de los estadounidenses era anular las comunicaciones y las trasmisiones televisivas de Iraq, muchos medios árabes de la región y occidentales independientes ya estaban trabajando en Iraq mucho antes de que los “Tomhawk” y los bombardeos de los “B-52” cayeran sobre Bagdad. Fue sin dudas la cadena “qatarí” “Al Jazeera” la que se llevó las palmas del público que condeno alrededor del mundo, la brutal acción angloestadounidense y que a su vez, se ganó el despreció de la Casa Blanca y de los estamentos de la defensa llegando a considerar a la cadena árabe como “aliada del terrorismo”. Y no era para menos; los reporteros de “Al Jazeera” estaban en las trincheras de los alrededores de Bagdad entrevistando a soldados y oficiales iraquíes en momentos que los estadounidenses se asomaban por el horizonte.

imagen de Al Jazeera que capta la detonación de una BN
sobre el área del Aeropuerto en Bagdad



Igualmente y pese a la valiente cobertura de estos medios, que desbancaron la monumental mentira mediática que seguramente preparaba la CNN y cadenas colegas, los mejores testigos de lo que ocurrió en el terreno fueron sus protagonistas, tanto invasores como defensores y de ese modo, la historia toma un cariz mucho más rico que nos esclarecerá lo que por muchos años ha tratado de venderse como una verdad absoluta. El episodio de la batalla por capturar el Aeropuerto “Saddam Hussein”, fue sin dudas paradigmático en lo que ha significado la verdad sobre hasta dónde EEUU pago para adueñarse de Bagdad.


La ironía de todo esto fue, que La Casa Blanca bajo las falsas acusaciones de que Iraq tenía armas de destrucción masiva, se había arrogado el derecho de liderar de una intervención militar unilateral en la cual, los estadounidenses usaron –por supuesto bajo el más estricto secreto- “armas no convencionales de destrucción masiva”, algo que al día presente sigue siendo una de las vergüenzas y fracasos más notables de Naciones Unidas. Fue precisamente Bagdad el escenario del uso de varios artefactos destructivos tan novedosos como prohibidos por los Tratados de no proliferación de Armas y la Comisión de Energía Atómica.


Cuando los norteamericanos llegaron al casco urbano de Bagdad, lo primero que hicieron fue quedarse dentro de sus tanques y vehículos acorazados, que era lo único que podía protegerlos del nutrido fuego y de las interminables bombas trampa que se habían colocado en los lados y hasta bajo muchos tramos de las carreteras de ingreso a la capital de Iraq. Muchos marines y colegas del ejército fueron testigos del grado de resistencia que ofrecieron los iraquíes desde sitios altos como tanques de agua hasta los que se habían escamoteado en pozos de zorro mientras, con total impotencia veían como muchos de sus camaradas volaban por el aire junto a los tanques que los transportaban, producto de trampas explosivas bajo el asfalto que dejaban desparramados y hechos trizas a los carros Abrams, Bradley y Hummvees a metros al costado de la ruta.


Las líneas defensivas iraquíes solo cedían a medida que eran eliminadas con mucho uso de la aviación ya que, incluso el empleo de helicópteros artillados se había vuelto muy riesgoso. Nada de esto se decía el público norteamericano dado que había que aparentar que EEUU era invencible. Para cuando se aproximaron al distrito de “Al Makasib”, al sur de su objetivo principal, la ferocidad de los combates se volvieron imposibles de sostener para las tropas invasoras. Varios intentos de avance con apoyo de ataques aéreos fracasaron horriblemente a tal grado, que a las cuantiosas bajas se reportaron graves incidentes de pérdida de nervios en muchos jóvenes que formaban los cuerpos de “marines”. Fue allí donde los estadounidenses emplearon un extraño vehículo con rayo de pulso electromagnético que, además de causar horribles efectos sobre el cuerpo humano y el material inerte como vehículos de combate, logro abrir paso a las tropas regulares 


Mohamed Saheed Al Sahhaf



Cuando se aproximaron a las inmediaciones del Aeropuerto, lejos estuvieron de poder relajarse. Solo acceder a la carretera de acceso a dicha terminal aérea se volvió una misión imposible. Fuego con todo tipo de armas e incluso ataques suicidas con camionetas artilladas que se lanzaban directamente contra las vanguardias del avance, causaron pavor en muchos efectivos. Según la versión del Pentágono y difundida por una unidad especial llamada “Tropa fantasma”, creada para desinformar y encubrir lo que realmente ocurría, la toma del Aeropuerto fue prácticamente una operación aséptica, donde no murieron marines y no se perdió ningún vehículo. Pero la verdad, era muy diferente; y más allá de que el ministro de información iraquí Mohamed Saheed Al Sahhaf aseguraba que la Guardia republicana había matado muchos estadounidenses que pretendieron tomar la terminal aérea e incluso, más allá de que fuera ridiculizado en los medios estadounidenses –gracias a la contrainformación proveida por ésta Tropa fantasma- por esas afirmaciones, en realidad su versión era la que se ajustaría a lo que estaba pasando en esos momentos.



El comandante iraquí Mohamed Al Rawi a cargo de 2000 hombres para la defensa del Aeropuerto, recuerda muy bien (v.http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2007/04/200852514126899448.html) como entre el 6 y el 7 de abril tras rechazar a los intentos de asalto de los estadounidenses, recibieron en horas de la noche el ataque con “una bomba de neutrones” que se detono sobre el área del Aeropuerto martirizando a gran parte de sus soldados pero dejando intactas las instalaciones edilicias. Ante semejante situación Al Rawi y lo que quedó de su grupo se replegó al interior de Bagdad.





A pesar de que EEUU trató de ocultar la realidad de ocurrido en aquella batalla, no pudo con el paso del tiempo ni con los testimonios de protagonistas como Mohamed Al Rawi o de Ahmed AL Ghezali en su espantosa visión de cómo aquel “rayo de la muerte” achicharraba tanto a sus camaradas como a las personas que se hallaban circunstancialmente en sus casas, hasta reducirlas a pequeñas bolas de carbón; o de los ex militares norteamericanos que hartos de las mentiras del gobierno que los habían empujado a un abismo negro, dieron sus testimonios a investigadores independientes como Patrick Dillon y Gordon Duff –entre muchos otros- para que la verdad que prevalezca de una vez por todas.

2/2/16

“OPERATIVO ALFIL 1 HACE 25 AÑOS”



Cómo al paso de 25 años de aquella guerra internacional sigue siendo una batalla sin concluir para los veteranos argentinos


Por Charles H. Smith y Javier B. Dal




Hace 25 años atrás, para estos días, las dos naves argentinas del “Operativo Alfil I”, se encontraban en pleno de las operaciones militares de apoyo táctico y estratégico a la campaña militar contra las fuerzas iraquíes que se hallaban en Kuwait. A finales de enero de 1991, el destructor “ARA Ate. Brown” y la corbeta “ARA Spiro” terminaban una quincena infatigable de tareas de escolta y protección de las líneas logísticas que abastecían a los portaaviones que estaban lanzando los principales ataques aéreos sobre Kuwait e Iraq.


Eran momentos de mucha tensión. El ambiente era tan denso que como dice el dicho “se podía cortar con un cuchillo”. Las presiones que la misma situación de guerra en la que se encontraban las tripulaciones, se agregaban las que surgían de las relaciones jerárquicas ya no solo entre los mismos argentinos sino incluso, debiendo estar atentos a las órdenes y maniobras que disponían los cerebros navales desde el cuartel general del NAVCENT en Arabia Saudita, desde donde se coordinaban las acciones en una gran mesa de estrategia.


Aunque no se les comunicó a ningún miembro de las tripulaciones argentinas, todos –sin distinción entre oficialidad y suboficiales- estaban siendo observados y evaluados por los atentos ojos de los elementos norteamericanos que permanecían en el área de comunicaciones y que hacían de enlace con el Comando general. Aquellos tres marinos yanquis que el NAVCENT había enviado para instalar las antenas para comunicaciones en la “Brown”, eran también los ojos y los oídos de los encargados de la inteligencia de la campaña. Y es que los motivos eran tan importantes como determinantes; además de mantener los canales fluidos de comunicación, debían asegurarse de cuál era la moral y la disciplina de las tripulaciones y prevenir posibles inconductas que hubieran hecho fracasar las operaciones.


Sin dudas que fueron momentos muy duros; los minutos parecían horas y las horas semanas; y no solo los argentinos se vieron sometidos a estos extremos que crispaban los nervios. Sus mismos colegas norteamericanos, británicos y canadienses, cayeron en muchos casos, rendidos al poder de la presión que destruía los nervios de los hombres más firmes y preparados.

Desde la cubierta de la Brown



Hoy a 25 años y a lo lejos, se puede evaluar con mucha precisión, lo que represento esa posición de las tropas argentinas operando dentro de aquel letal teatro de operaciones y en una situación que solo aquellos hombres conocieron de primera mano. Justamente e 1º de febrero de 1991 desde las cubiertas de la “Brown” y la “Spiro”, los marinos argentinos contemplaban atareados como iban y venían los aviones de combate norteamericanos que despegaban del portaaviones “USS Midway”, punta de lanza que dio inicio a las operaciones de bombardeo contra Kuwait e Iraq y al cual asistieron hasta el final de la campaña.


Fueron testigos de cómo los aviones norteamericanos “A-6 Intruder” preparaban sus miras lanzado sus bombas en blancos remolcados por el “USS Kansas City”, que se hallaba navegando junto a ellos. O como podrían olvidar como aquellos gigantescos helicópteros “Chinook” de la naval estadounidense maniobraban por encima de la cubierta del destructor “Brown” para trasladar personal de un buque a otro; sin dudas que eso fue una experiencia profesional inédita, inimaginable y a l vez imborrable para los argentinos.


Inmersos en sus tareas de agitadas rutinas de combate, los argentinos debían estar listos para cualquier contingencia que por un mínimo descuido, podía ser fuente de un desastre. Las aguas del golfo estaban pobladas de problemas que podían llegar a ser letales y solo ellos, pudieron ser testigos de varios de aquellos. La fuerza de la Coalición naval no solo debió estar al pendiente –y bajo una total desinformación- de las amenazas militares que “Saddam” tenía apuntando hacia el Golfo, sino también de los varios peligros que ni siquiera tenían idea que existían.


Sin dudas de que fueron protagonistas de la última y más portentosa guerra naval que el siglo XX vio antes de finalizar. El poder destructivo de las armas empleadas y la cantidad en toneladas que se movieron por las peligrosas aguas del golfo pérsico para que los arsenales de las tropas terrestres y las “Santa Bárbara” de los buques como el “USS Midway” no detuvieran el fuego, sigue siendo uno de los temas que se atienden con mucha importancia en las cátedras de apoyo de combate y logística –entre otras- en la Academia Militar de West Point, ubicada en estado de New York, Estados Unidos.


El brazo logístico fue primordial para el éxito de la campaña “Tormenta del desierto” ya que sin el desarrollo de las operaciones de control, vigilancia y custodia de los transportes que entraban al Golfo por el estrecho de Ormuz, seguramente se habrían registrado graves incidentes, que acometidos por células extremistas dispersas en la región, hubieran causado una demora en el abasto para las tropas que debían mantener un fuego coordinado y constante, si no querían que las Brigadas mecanizadas iraquíes los aplastaran con algún contra ataque. Como dijo el diseñador de éstas operaciones logísticas, “debemos funcionar como un reloj de precisión; si no podemos garantizar eso, le diré Schwarzkopf que no inicie nada”.

Un Chinook sobre la Brown



Entre las tareas que el operativo “Alfil I” tenía que cumplir, era las de asegurar el paso de los buques tanque que debían aprovisionar a la flota que se hallaba en operaciones. Esto que los norteamericanos denominan “refuelling” o reaprovisionamiento de combustible, que en la situación de guerra en la que se encontraban, representaba un riesgo potenciado no solo por la posibilidad de ser sorprendidos por un misil –ej. Misiles costeros Frog- en medio de la operación de alije, sino también por la presencia de todo tipo de minas explosivas. Precisamente sobre esto último, a pesar de la operatividad de varios buques “barreminas” y de los incesantes vuelos de helicópteros que exploraban las zonas para detectar entre otras cuestiones, posibles minas flotantes, existían en ese momento otros tipos de estos ingenios que estaban en el fondo del lecho del golfo y operaban en una manera más sofisticada.


Si tan solo una de esas minas hubiera tocado a un buque en momentos del reaprovisionamiento, se hubiera desatado un infierno sobre el agua dejando muy pocas probabilidades de que hubiese supervivientes.


Lo mismo con los buques que trasladaban municiones, bombas y misiles para los aviones que estaban embarcados en los siete portaaviones que encabezaban las operaciones navales de apoyo a la ofensiva que se realizaría por las tropas en Arabia Saudita. El arribo sin pausa y con seguridad era primordial para garantizar eficacia en las operaciones que se delineaban desde el cuartel general en Riad, desde donde los generales y almirantes coordinaban con minucia los movimientos de cada operativo desplegado en el golfo.


Ninguna embarcación estaba desligada de la cadena de mando que provenía desde el NAVCENT enclavado en Riad, base estratégica que coordinaba y planificaba el desarrollo de las operaciones en los diversos sectores que comprendieron el Teatro. En esas planificaciones y en medio de las hostilidades, los argentinos demostraron profesionalismo y un entusiasmo poco esperado por algunos mal pensados coordinadores de la campaña que, dicho sea de paso, supieron cometer errores que demostraban estar alterados por la presión.


Se había formado una comunidad en la zona, aunque para nada relajada; en el Teatro de operaciones que se extendía desde la entrada del estrecho de Ormuz hasta el norte del Golfo, los buques podían verse las siluetas recíprocamente y a veces supieron estar tan cerca unos de otros, que lograban verse como sus camaradas norteamericanos corrían con el culo entre las manos ante situaciones que habían quedado consignadas a quedarse y no salir de allí. Recuerden sino aquel incidente del “USS Midway” que en apariencias y sin que se esperara, recibió un duro ataque con misiles que teóricamente –y según los expertos militares- no podían estar allí.

 ¿Qué hubiera sucedido si uno o esos misiles pasaban de largo y llegaban a una de las embarcaciones argentinas que estaba tan cerca? Solo para que el lector se haga a la idea de lo que podía haberle hecho un misil “Frog-7” a un buque como el Alte Brown o peor aún, a la pequeña corbeta Spiro, solo considere que al ser un vector de 9.1 metros de largo y con una cabeza armada de 550 kilogramos que ha ganado velocidad con un alcance de 75 kilómetros (mucho más que la distancia que patrullaban las naves), el solo imaginarse que uno de esos monstruos impactase por debajo de la línea de flotación en alguno de estos navíos, hoy estaríamos hablando de “bajas” y para el gobierno argentino, un dolor de cabeza para el cual no hay aspirina.


Ante la inminencia de los peligros que poblaron aquel cajón de aguas llamado “Golfo Pérsico” que lo asemejaba a un polígono acuático y pese a los informes del Departamento Naval estadounidense –en especial el director de la ONI- que concluyeron como destacable a la invalorable actividad de las dotaciones argentinas en las operaciones “Escudo del desierto” y “Tormenta del Desierto” , muchos se preguntan ¿Qué espera el gobierno argentino para reconocer a estos hombres su derecho bien ganado a ser reconocidos como VETERANOS?