25/10/15

“PRECEDENTES NAVALES DE CONTAMINACIÓN QUÍMICA”


VETERANOS DE AYER




Hasta dónde llego la contaminación química, biológica y radiactiva en las dotaciones navales destacadas en las aguas del Teatro de Operaciones del Golfo 1990-1991


Por Dany Smith y Javier B. Dal



En la serie de medulosos artículos que hemos publicado sobre uno de los capítulos más borrosos de la guerra del Golfo en 1991 y que aún está pendiente de explicaciones, con cada paso que se ha ido dando en el camino por esclarecer lo que ocurrió con el peligro “de la guerra química”, se ido encontrando antecedentes y testimonios en primera persona de muchos veteranos de aquella contienda y que han dejado de ser exclusivamente norteamericanos e ingleses. Quizá –o más bien con seguridad- la notoriedad que adquirieron los casos de estos dos países, fue por la simple cuestión de que al notar que algo estaba mal con su salud individual, comenzaron a cuestionar la versión de su gobierno.


Recordemos que apenas comenzaron las denuncias de varios veteranos norteamericanos a mediados de los noventas, tan solo un par de años después de “Tormenta del Desierto”, el gobierno en Washington busco la forma de contrarestar los argumentos que referían a una contaminación sufrida por sus hombres, producto por la “presumible” utilización por parte de los iraquíes de armas químicas y biológicas. Para ello, puso en marcha una serie de investigaciones a cargo de varias Agencias Federales del gobierno y laboratorios especialistas en contaminación ambiental más dirigida a tapar el asunto que a buscar soluciones para los hombres y mujeres que enfermaban sin causas advertibles.


Se había determinado que una de las posibles fuentes en el origen de los males que aquejaba y sigue aquejando a miles de veteranos de esa guerra, era la combinación de drogas aplicadas a cada hombre como antídoto contra las diversas amenazas químicas que el arsenal de Saddam tenía por entonces. Para 1999 los estudios sobre las causas de varias afecciones en veteranos británicos y norteamericanos, se determinó que no existe un “síndrome del Golfo” sino, varios síndromes relacionados e interactuantes con aquel, que se plasman en sintomatologías como el “estado de ánimo descorazonado”, el respiratorio con una “neumonitis de Al Eskan” inducido a los pulmones por “arena sucia” que se traslada por el viento tanto a tierra firme como al mar. Por supuesto todos estos síntomas, son independientes del llamado “estrés postraumático” que revelan los ex combatientes.


Las afecciones que sufren los veteranos de la GGP, han degradado la calidad de vida de cada uno de los afectados sin distinciones entre combatientes de primera o segunda línea, de tierra, aire o destacados en las aguas del Golfo, algo que se ha ido comprobando en forma progresiva con el paso de los años. Fue precisamente por esta degradación del normal estado de salud que muchos han demandado ante las cortes, el rubro de “pérdida de salud” que está trayendo a mal traer a los gobiernos estadounidense y británico. A las infecciones agresivas que se han registrado en muchos casos de estos afectados, también hubieron problemas neurológicos agudos y casos de fatiga (Fibromalgia) y debilidad muscular asociados a problemas neurovegetativos que entre otras sintomatologías, se han reportado lumbalgias atípicas.


Las investigaciones exhaustivamente orientadas a las causas biológicas y sus consecuencias sobre el organismo humano, expuesto en aquel medio ambiente, dan una información bastante sustancial sobre posibles implicancias de agentes tóxicos lanzados, utilizados o como bien dijimos, inoculados por sus propias fuerzas pero se ha evitado continuamente reconocer el uso de ojivas químicas lanzadas por los iraquíes.


Desde el punto de vista científico, estos estudios son exhaustivamente notables (v. Revista cubana de medicina Militar, pero, obviamente no se involucran en las vías militares que pudieron haber causado este coctel de síndromes que la prensa estadounidense en especial, bautizó como el síndrome de la guerra del Golfo. Se trata de un terreno espinoso que relaciona varias inconsistencias y desatinos que Washington no está dispuesto a reconocer. Es allí donde se han complicado las cosas para explicar coherentemente, situaciones de hombres que no estaban en las operaciones terrestres y a cientos de kilómetros adentrados en las aguas del golfo, han mostrado una variante de síntomas tan agresivos como los advertidos a hombres que estuvieron en Kuwait.


Estos elementos han puesto de manifiesto, que la sola exposición a agentes químicos que habrían sido originados por un medio ambiente contaminado por una mezcla de fármacos, la toxicidad del petróleo ardiendo y los residuos invisibles del “polvo de uranio” originados por las municiones de Uranio empobrecido de los proyectiles de tanques, bombas y misiles de aviones y de sus respectivas municiones en buques de la coalición, no pudieron ser suficientes para enfermar los organismos de propios y ajenos. Los expertos han señalado que para que actúe con eficacia un agente químico como el “Tabun”, “Sarín” o el “Gas mostaza” debe ser esparcido en forma de microparticulas que como un finísimo rocío, regaría un área determinada del enemigo dejando además, una situación de contaminación latente sobre el terreno que se extenderá con el viento.


Y solo nombramos algunos de los agentes nerviosos y biológicos de los que disponía el arsenal de las FFAA iraquíes, que según algunos informes de inteligencia en plena época de la guerra con Irán, estaban el desarrollo de la cepa de llamada “fiebre de conejo” que podía incapacitar a una población de miles con el volumen de un terrón de azúcar.


Los testimonios indiscretos de varios combatientes que estuvieron en Kuwait y en el suroeste de Iraq se toparon con pruebas irremisibles de que los iraquíes habían estado lanzando municiones con cargas químicas e incluso biológicas, lo que al ser reportado a los superiores fue inmediatamente tapado con amenazas de consecuencias para sus carreras y su futuro al volver a casa. Había varios motivos para que Washington se encargara de que sus muchachos mantuvieran la boca cerrada; algunos de carácter político y otros militar.


Uno de aquellos motivos y que se mantuvo escondido bajo la alfombra del Pentágono, fue que laboratorios estadounidenses como el Centro de Control de Enfermedades (CDC) ubicado en Atlanta, Georgia, en 1985 había realizado una serie de envíos a Iraq del “Virus del Nilo Occidental” que se justificaron para propósitos de investigación científica a cargo de un experto de éste centro que más tarde se corroboro su inexistencia. Era por ello y por muchos otros secretos, que había que negar el uso de estas armas y hacer desaparecer del campo de batalla, los restos –y ello incluía a los soldados muertos que estaban contaminados- para enterrarlos con bulldosers en sitios desérticos.


Según algunos estudios de detalles militares ocurridos durante el conflicto, Iraq lanzó unos 40 misiles “SCUD” sobre Israel y 46 sobre Arabia Saudita, sin precisar qué tipo de cabeza de guerra llevaban en esos ataques. Tanto los israelíes como los sauditas mantuvieron absoluto silencio sobre posibles detecciones de agentes químicos o biológicos, cooperando así con la postura del Pentágono de no “alarmar” a las tropas y a sus familias en sus casas. Pero los indicios salidos de los testimonios de varios efectivos que vieron los restos de evidencia que hablaba de el uso de ojivas con cabezas químicas y sumado a la masividad de casos de veteranos enfermos, podría estimarse que en realidad se lanzaron más de cien misiles alternados con cabezas convencionales y químicas. Y no solo eso, los vectores utilizados para estos agentes no solo fueron los misiles “Scud” sino también una gama de otros misiles en poder de Iraq e incluso en sus municiones de artillería.

Frog-7 missile abandoned in Kuwait



Cuando se ha planteado esto, los expertos del Pentágono y del Ministerio de Defensa británico simplemente lo desestimaron sin haber presentando argumentos científicos que pudieran rebatir estos hechos. Cuando se abrió el frente oeste de Kuwait y comenzaron a avanzar, los marines y sus colegas de las brigadas mecanizadas pudieron ver a grupos de soldados iraquíes muertos provistos con los equipos y máscaras “NBC” (Nuclear-Biological- Chemical) de origen soviético que habían reconocido en los entrenamientos sobre el equipamiento enemigo. Pero eso no era todo; cajas con morteros de 120mm y obuses de artillería con cabezas pintadas de amarillo aún descansaban en sus cajas detrás de las piezas de los 155mm e incluso, en los cohetes del sistema “Astros II”, que saturaban un terreno con resultados muy dañinos para una avanzada terrestre.


Pero lo peor estaba por verse. Algunos efectivos estadounidenses afirmaron que habían encontrado lanzadores móviles e incluso algunos fijos de misiles navales “Frog-7” que apuntaban al Golfo y entre zafarrancho de combate que se halló, habían cajas con los garrafones marcados con el símbolo de material “Biológico-Químico” que se usa para identificar estos elementos. Lo mismo fue con algunas baterías de misiles “Silkworm” que los iraquíes les confiscaron a la marina kuwaití y le montaron reformas para adaptar ojivas con “Gas Sarín” y “Cloro”. No era necesario que cualquiera de estos vectores diera de lleno contra un buque; al ser interceptados por los sistemas como los “Sea Dart” o incluso algunos “Sea Cat” –que rara vez demostraron servir para algo-en los buques británicos, con solo explotar a la velocidad que se desplazaban y si a ello le agregamos el viento a favor de los misiles atacantes, “BINGO!, se tiene una fumigación invisible sobre los buques y las aguas adyacentes que, hizo sonar en varias ocasiones las alarmas de ataque químico montadas en las unidades navales.


Para peor y según algunas fuentes de la inteligencia militar israelí por 1987 le soplaron a sus aliados estadounidenses, que Iraq había adquirido misiles SS-21 “Scarab” que mejoraba notablemente el rendimiento de las tareas a las que se empleaba a los “Frog-7” y estaba capacitado para albergar cargas químicas y biológicas. Para la CIA la información era errónea y allí se terminaron las discusiones. Es que en esos años e incluso una semana antes del 2 de agosto de 1990, “la agencia” y la mujabarat iraquí trabajaron a la par contra Irán y cualquier cosa que pudiera molestar a los esfuerzos de Bagdad por acabar con la revolución de Jomeini, era tapado.


Pero ni bien cambiaron las cosas, los iraquíes enterados de los intentos estadounidenses de manipular la situación, se propusieron hacerles frente sin mezquinar recursos.


Según lo han corroborado los documentos de la inteligencia de “Saddam” que pululan por el internet –robados del Ministerio de Inteligencia en Bagdad- especialmente referidos sobre el aspecto de la estrategia que los iraquíes tenían previsto para cortar las líneas de suministro de la coalición, uno de los medios implementados –es decir que se utilizaron- fueron los misiles con cabezas contaminadas. Allí y con esos detalles, se podían comprender algunos reportes de la época que daban cuenta de que “misiles Scud caían al mar” o información similar. Bastaba que los mismos llegaran a un área determinada y de ser interceptados o al caer al mar, igualmente tras estallar diseminarían la carga que llevaban dentro.


En conclusión, a los ojos de los jefes del USCENTCOM la realidad era demasiado mala como para que incluso sus subordinados, estuvieran al tanto de todas estas circunstancias. Si se hubiese conocido semejante situación, pudieron haberse visto verdaderos estragos entre los grupos de tareas. Con solo pensar el grado de tensión al que estaba sometida cada tripulación en operaciones, que se hubiera filtrado un comunicado que simplemente acusara que uno de cada cuatro proyectiles que caían en los puertos y en las aguas cercanas, tenía cargas “químicas o biológicas”, simplemente hubieran desatado el pánico y con ello, el fracaso de las operaciones.


Con seguridad se puede afirmar, que por los datos metereológicos de la época en los que se registraron los vientos y tormentas que agitaron las candentes aguas del Golfo Pérsico, en solo unos días y con –tan solo- una media docena de misiles con una carga de 500kg como las que transportaba el “SS-Scud-B” o el misil “Al Abbas” de material “químico o biológico” impactados en territorio saudita, habrían contaminado las aguas y los buques que operaban más allá del paralelo 26 y hasta las costas iraníes.

24/10/15

A 3 Años de su Muerte del Comandante de la Tormenta del Desierto Norman Schwarzkopf







El general retirado Norman Schwarzkopf, el, comandante bulldog como contundente de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos en la primera Guerra del Golfo Pérsico, murió el jueves en Florida. Tenía 78 años.

Schwarzkopf murió tras una larga enfermedad en su casa en Tampa, donde vivió en el retiro.

Schwarzkopf, un veterano de guerra de Vietnam condecorado que se levantó rápidamente a través de las filas del Ejército durante los años 1970 y 80, elaboró ​​los planes iniciales para el éxito de eyección liderada por Estados Unidos de las fuerzas de Saddam Hussein de Kuwait, que Irak invadió en 1990.

A continuación, se hizo famoso por su lenguaje en punta y creativa durante las reuniones de información televisados ​​casi diarias que dio a los periodistas como comandante de la Operación Tormenta del Desierto en 1991, siempre vestida de camuflaje del desierto, que se le atribuye la introducción.

Schwarzkopf describió la maniobra clave que llevó a la final de la guerra terrestre, un redespliegue de las fuerzas en Irak tras las líneas iraquíes, con una metáfora de boxeo: Lo llamó un "gancho de izquierda." Y él memorable desestimó un reporte no estaba de acuerdo con que " escatología bovina ".


Declaración del Secretario de Prensa sobre el fallecimiento del general Norman Schwarzkopf

Con el paso del general Norman Schwarzkopf, hemos perdido un original americano. Desde su servicio decoradas en Vietnam a la liberación histórica de Kuwait y su liderazgo del Comando Central de Estados Unidos, el general Schwarzkopf se mantuvo de pie para el país y el Ejército que amaba. Nuestras oraciones están con la familia Schwarzkopf, que esta noche puede saber que su legado perdurará en una nación que es más seguro debido a su servicio patriótico.

En su autobiografía de 1992 "No hace falta ser un héroe," Schwarzkopf relató que tenía la intención de enviar un mensaje en esas sesiones informativas.

"Con las cámaras de molienda de distancia, sabía que no estaba hablando sólo para audiencias amistosas, pero que Saddam y sus matones me observaban en la CNN en su sede", escribió.

Schwarzkopf dijo estar de acuerdo con la decisión del presidente George HW Bush no perseguir Hussein todo el camino a Bagdad. En la conferencia de febrero 1991, durante el cual él describió operaciones victoriosas de la coalición, dejó en claro que él pudo haber hecho, sin embargo, se había dado la orden de que:

"Si hubiera sido nuestra intención de tomar Irak, si hubiera sido nuestra intención de destruir el país, si hubiera sido nuestra intención de invadir el país, podríamos haber hecho sin oposición para todos los efectos de esta posición en ese momento ".

Schwarzkopf emergió de la guerra con el apodo de "Norman Stormin" y una carrera en la televisión, tanto de él como un analista militar para NBC News.
La decisión de ir a la guerra para derrocar a Hussein fue el momento decisivo de la presidencia de Bush. En un comunicado de Houston, donde era atendido en el Hospital Metodista de complicaciones relacionadas con la bronquitis, Bush llamó Schwarzkopf "uno de los grandes líderes militares de su generación."
"Más que eso, él era un hombre bueno y decente", dijo Bush dicho.

En enero de 2003, dijo Schwarzkopf en HOY de la NBC que él pensaba que el hijo de Bush, el presidente número 43, había hecho un caso "muy convincente" para la eliminación de Hussein del poder.

Pero en diciembre de 2004, él estaba criticando el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por su manejo de la segunda guerra, diciendo a MSNBC que la política de la guerra estaba siendo controlado por civiles del Departamento de Defensa que "mostraron una total falta de comprensión de la cultura que se trataba de "en Irak.

Como resultado de ello, dijo, "las cosas han ido mal", especialmente en términos de protección blindada adecuada para las tropas sobre el terreno.

Obama, Powell granizo en general
En un comunicado la noche del jueves, el presidente Barack Obama llamó Schwarzkopf "un original americano."

"Desde su servicio decoradas en Vietnam a la liberación histórica de Kuwait y su liderazgo del Comando Central de Estados Unidos, el general Schwarzkopf se mantuvo de pie para el país y el Ejército que amaba."

Colin Powell, quien era el jefe de Schwarzkopf como presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor durante la Tormenta del Desierto, lo recordaba como "un gran patriota y un gran soldado."

"Era un buen amigo mío, un amigo cercano", dijo Powell en un comunicado. "Lo extraño."

Schwarzkopf, que había estado con sede en Tampa durante muchos años en el camino que conduce a Comando Central de Estados Unidos en 1988, era un portavoz destacado para las campañas para promover la conciencia del cáncer de próstata, con la que se diagnosticó en 1993. Le sobreviven su esposa, Brenda, y sus tres hijos adultos.

23/10/15

“ANECDOTICOS HECHOS EN EL TOK 1991”


VETERANOS DE AYER


“ANECDOTICOS HECHOS EN EL TOK 1991”


Anécdota de un veterano estadounidense sobre la participación militar argentina en la operación “Tormenta del Desierto”
Por Charles H. Slim



Cuando recibí unos mails allá por el mes de enero que provenía de un investigador argentino que estaba trabajando en la intervención de su país en las operaciones desarrolladas en el Golfo Pérsico entre 1990 y 1991, sentí curiosidad y hasta cierta perplejidad ya que no era muy común que alguien de esos lugares se preocupara por este tipo de hechos históricos (comentó este “vet” de la marina estadounidense que llamaremos “Joe B.”)


En esa comunicación me preguntaba si sabía que grado de participación habían tenido los buques argentinos en la operación “Tormenta del desierto” en la que los historiadores se han centrado más en la parte terrestre y aérea, sin detenerse en las continuas y extenuantes actividades que se realizaron en el mar. Como ex oficial de comunicaciones y destinado en el “USS Wisconsin” tuve la oportunidad de estar cerca de las dos unidades argentinas que nos acompañaron en el grupo y que si mal no recuerdo, tenían la denominación ALFIL y estaban comandados por los australianos.


Es más, recordando con mayor atención me di cuenta que estuve a bordo de uno de esos buques en el cual junto a mi equipo, establecimos un sistema de contacto compatible con el comando de operaciones en el NAVCENT, que mantendría una visualización del grupo mediante una señal que recibían los satélites y estos a su vez la retrasmitían al centro de operaciones electrónicas en tierra, desde donde se coordinaban los movimientos y comunicaciones con todos los grupos de tareas.


El comandante de operaciones del “USS Midway” que fue transportado al “USS Wisconsin” traía consigo una carpeta con tareas para encomendar a los oficiales de comunicaciones. Pero no venía solo, estaba acompañado de dos altos cargos del denominado CENTIJ –inteligencia- que nos darían una pequeña charla de lo que si debían saber nuestros aliados y lo que no les correspondía saber.


Nuestros superiores querían asegurarse de que grupos como el de los argentinos, no fueran más un peligro que una ventaja, ya que –según nuestros cerebros en la mesa de estrategia- no tenían una experiencia solvente en operaciones navales como la que se les presentaba; y en realidad nosotros tampoco la teníamos desde que ocurrió el desembarco de Normandía.


Había sido necesario aplicar la doctrina TRADOC, en la cual se buscaba uniformar –en lo que fuera posible- las señales y mensajes que se trasmitían entre las diferentes armadas que participaban en una reducida área marítima como es el Golfo. Para los países que eran parte de la OTAN no había problemas de comunicaciones y menos aún de protocolos de procedimientos en temas tan sensibles como era la alerta para ataques con armas “Químicas, Biológicas o Radiadas”. Fue necesario establecer con los argentinos, un protocolo para que se adaptaran a nuestros sistemas de comunicaciones y para que, en caso de un requerimiento específico, pudieran entender la orden y ejecutarla sin dilación.

           


USS WISCONSIN
                                           REABASTECIMIENTO CON EL BUQUE "TANQUE MARNE"



PORTA AVIONES USS MIDWAY

Ciertamente que los argentinos fueron muy competentes en las tareas que se les ordenaron y modestamente desde mi punto de vista –nos relata el veterano-, comprobé como se desempeñaron en situaciones que pudieron haber terminado en un completo desastre. Algo que no saben muchos, era que, apenas comenzó la operación, hubieron incidentes verbales de órdenes y contraordenes entre varias unidades de algunos grupos que no estaban dispuestos a correr ciertos riesgos. Hubieron momentos de tensión y sus frutos se pudieron ver en varios errores de juicio en unidades navales supuestamente más avanzadas. Se puede decir que fueron más los problemas entre los aliados de la OTAN que con elementos ajenos como era el caso de los argentinos.


Aquel factor proveniente de la tensión y el nerviosismo, apareció ni bien empezó el combate y ninguna de las tripulaciones que estuvieron operando estoy seguro, pudieron evitarla. Hubo casos de neurosis, parálisis traumáticas y peleas en varios buques de nuestro grupo, producto de una sensación angustiante que pareces que vas a morirte en cualquier momento y no puedes hacer nada para evitarlo. En un incidente que ocurrió en el Midway los nervios llegaron a tal nivel que oficiales y personal de cubierta se trenzaron a golpes de puño resultando el arresto de varios de ellos. Y otras trifulcas similares en unidades vecinas. ¡Mi Dios! Era una locura ¿Te imaginas si los chicos que debían volar a territorio enemigo, no controlaban sus nervios? Fue por eso que los que comandaban desde Riyahd, tenían un protocolo de contingencia por si las cosas se desmadraban.


Fue por ello y como parte de un protocolo predeterminado, que se debían mantener en contacto directo a todas las unidades navales que operaban en el Teatro, que además de servir para los propósitos del despliegue táctico en la mesa de estrategia, servía para controlar las actividades abordo. Se trataba de establecer un comando de comunicaciones permanente, algo bastante complicado por aquella época. Para nuestras propias fuerzas –las estadounidenses- representó un desafío enorme el establecimiento de un comando centralizado para cada una de las fuerzas operativas propias, imagínense lo que fue tratar de establecerla con otras armadas con otros idiomas y otros equipamientos.


Para cuando el grupo ALFIL 1 entró al área de operaciones –al cruzar el estrecho de Ormuz- fue que se nos indicó la preparación del equipo y las directivas que nos entregaría el CENTIJ para instalar a bordo del buque líder. Era a mediados de diciembre y lo recuerdo bien porque se corrían rumores de que los iraquíes podían atacarnos por sorpresa por medio de grupos aliados en la región. En esos momentos los argentinos estaban navegando con los franceses y más precisamente estuvieron realizando maniobras de alije o mejor dicho, aprovisionamiento de combustible del buque cisterna “Marne” cuando se estaban dirigiendo a Dubai.


Recuerdo que unos días después de que comenzaron las hostilidades, el grupo ALFIL 1 se incorporo al grupo de ataque liderado por el “USS Midway” y sus doce escoltas, entre ellas el acorazado “Wisconsin” en donde me encontraba.



En esos momentos la alerta era permanente y los vuelos de patrulla e intercambio de oficiales era constante y en uno de ellos nos trasladaron a uno de sus buques para traslado de material e izamiento de personal. Su equipamiento era bueno y el desempeño profesional de su tripulación hasta donde pude ver fue bastante profesional, si tomas en cuenta que estaban en una zona minada sometidos a la presión de guiar y ofrecer protección a la línea de abastecimiento de buques de otras nacionalidades que entraban a la zona para hacer llegar combustible, armas y pertrechos que iban hasta puertos sauditas en la primera línea como “Al Jubayl”, a nadie le quedaron dudas de que lo hicieron muy bien.

20/10/15

“CONSECUENCIAS DE LAS ARMAS QUIMICAS: EL INCIDENTE DE JUBAIL”


VETERANOS DE AYER


La crónica de uno de los hechos de aquella guerra que sigue vigente 25 años después


Por Dany Smith


Tal como habíamos tratado anteriormente en uno de nuestros artículos, en el teatro de operaciones del Golfo Pérsico habían pasado muchas más cosas de lo que contaron los controlados medios estadounidenses, tratando de minimizar el impacto en la psique colectiva del público estadounidense en particular y en la del mundo en general que veía la primera guerra televisada en vivo desde el lugar de los hechos.



La guerra aséptica que no mostraba muertos y el efecto de los muy promocionados “ataques quirúrgicos” de las fuerzas de la coalición, se volvió parte de ese mito que los propagandistas del Pentágono y sus colaboradores mediáticos, intentaron carnificar como la verdad revelada. Pero la verdad, era algo muy diferente y repugnante para ventilar.


Recordando lo que las autoridades militares de la coalición y que sus jefes políticos en Washington se encargaron de reiterar por los medios, “nunca se usaron armas químicas en dicho conflicto y si así hubiera sido, no lo supimos”. Con palabras más, palabras menos, esa fue la postura oficial del Pentágono cuando allá a mitad de los noventas, comenzaron las preguntas sobre los casos de veteranos que estaban sufriendo extrañas y graves afecciones en sus organismos e incluso, sobre la salud de sus familias.


Muchos de los que comenzaron a sentir malestares y hasta incluso, otros que murieron sin que se pudiera diagnosticar el mal que los aquejaba, estaban seguros de que el gobierno les ocultaba la realidad de lo que había pasado en los meses que duró la guerra. En medio de la euforia por la “victoria”, inflada mediáticamente por Washington, cualquier cuestionamiento caía en oídos sordos y hasta incluso, en amenazas de que no les convenía molestar al gobierno con sus quejas.


Uno de estos casos fue el ocurrido en el puerto saudita de “Al Jubail”, en donde –obviamente- se destacaron fuerzas aliados, especialmente norteamericanos y británicos dotados entre otros sistemas, de sensores de agentes químicos RUVD que podían detectar la diseminación de algunos aquellos elementos en el aire. Según se pudo saber, estos equipos y los encargados de operarlos al servicio del “Pentágono” era una unidad Checa, que experta en el manejo de situaciones de contaminación en una guerra química y biológica, contaba con sistemas móviles y protocolos ampliamente probados en los escenarios de los realistas ensayos militares que hacían con el “ejército rojo” cuando pertenecieron al “Pacto de Varsovia”.
Obviamente, para Washington eso no era ninguna barrera para que estos “ex comunistas” ofrecieran sus servicios y para Praga, el dinero compra todas las lealtades.


En este sentido, el comando general USCENTCOM a cargo de las operaciones “Escudo del Desierto” y más tarde “Tormenta del Desierto”, le encargaron a las brigadas checas, que dispusieran de patrullas de vigilancia química que, mediante sus unidades móviles equipadas con laboratorios para sus fines, monitoreaban los sectores por donde habían caído misiles, obuses o cualquier otro artefacto que despertara sospechas de un posible ataque NBQ.


A pesar de haber cumplido con muy buen desempeño la tarea de detectar el uso de agentes químicos, sus mandos se mantuvieron a pie juntillas a las órdenes del comando central de mantener un total silencio sobre los resultados que se obtenían en dicho eventos, ante los posibles cuestionamientos que pudieran surgir entre las diversas unidades dentro del Teatro de operaciones.


En aquel incidente, según lo han expuesto algunos testimonios de los ex miembros de las patrullas checas que acudieron al sector, indicaron que el viento rotaba de este a oeste algo que no era ni bueno ni malo, pero que con seguridad, con el paso de las horas terminaría contaminando una amplia superficie del territorio y de las aguas adyacentes en unos cientos de kilómetros a la redonda.


El factor climático es fundamental en estas circunstancias. Una ojiva con carga química caída sobre un terreno con vientos rápidos de cara a una población o a una instalación militar, representaba una segura infestación o envenenamiento de los seres vivos –humanos, plantas, animales- que se hallaran en la ruta del viento. Aunque los militares norteamericanos y británicos negaron que Iraq hubiera podido usar ojivas con cargas químicas y biológicas, las evidencias en el terreno que fueron advertidas por varios de aquellos veteranos, al ser comentadas ante sus superiores, solo recibieron advertencias de que mejor se olvidaran de lo que habían visto.


Uno de estos casos fue el acaecido el 19 de enero de 1991 sobre las instalaciones del puerto saudita de “Al Jubail”. Uno de los testigos presenciales de aquel hecho, recuerda que eran las 3:00 de la madrugada cuando, desde uno de los buques que se hallaba fondeado en una de las radas del puerto, escucho el característico silbido de un misil que va cayendo y para cuando se apronta a la cubierta, ve como una bola de fuego que provenía del norte cae sobre un sector militar detrás de las instalaciones portuarias, causando una brillante explosión seguida de un estampido pavoroso. Causalmente, el misil que se presumía era un “Scud”, además de hacer desaparecer una estación completa de misiles costeros CSS-20, traía consigo una sorpresa extra. Inmediatamente a la caída comenzaron a sonar las alarmas de peligro químico y los soldados destacados en el área corrieron para refugiarse y colocarse sus máscaras y equipos de guerra NBQ.





Pese a que los soldados se habían colocado sus máscaras, muchos de ellos debieron sacárselas para poder salivar y limpiarse la nariz ante la profusa mucosidad que les produjo verse expuestos a ese rocío que trajo la explosión de aquel misil. Una semana después, muchos de aquellos hombres que habían quedado expuestos al rocío venenoso cayeron en cama con todo tipo de síntomas. Muchos otros recibieron afecciones más limitadas como parálisis de sus labios inferiores o superiores pero no se les informó su origen, irritación de la vista, tos y aparentes alergias. Otros como el testigo de aquel buque anclado en el puerto, pese haber estado a unos cuantos kilómetros del incidente, hoy es uno de los miles que se encuentra afectado por problemas pulmonares que aparecieron dos años después de haber terminado la guerra.


Según testimonios de veteranos tanto norteamericanos como británicos, los ataques con ojivas NBQ –Nuclear Biológica y Química- fueron variados y con una continuidad pasmosa. Incluso testimonios de ex oficiales de la Guardia republicana que habían sido entrevistados por periodistas independientes al final de la guerra, confirmaron que entre sus municiones disponibles habían alternadas y distinguibles en colores, ojivas con cabezas químicas y biológicas, tanto para obuses de artillería como para montar en sus sistemas SS-Scud y otras variantes que habían permanecido en secreto. Tal cual a estos testimonios, documentos SECRETOS que se han ventilado un tiempo atrás y que corresponden a los robados de los archivos del Ministerio de Inteligencia en Bagdad tras la invasión en 2003, se detallan planes de contingencia para una contraofensiva “letal” contra los agresores que entre otros vectores disponibles para dicho plan, estaban los misiles tipo “Frog-5” para lanzarlos sobre las cabecera de playa que pudieran haber ocupado las fuerzas de la coalición.


Esta era una de las situaciones a las que se había destinado aquella estructura de inteligencia que vigilaba a todo y a todos en el Teatro de operaciones. Además de tratar de desarticular cualquier ataque de células pro-iraquíes operando en la zona, debían mantener en silencio cualquier información que pudiera perjudicar a los planes militares o a la propaganda mediática difuminada por y solo por la CNN. Quien se atreviera a criticar la versión que radiaba Estados Unidos sobre la evolución del conflicto, podría haber sido encarcelado por traidor.


A pesar de que los hombres que se vieron expuestos en “Al Jubail”, fueron amedrentados para que no hicieran comentarios sobre este suceso, al terminar la guerra y con el creciente número de casos que se estaban dando entre los veteranos que habían participado, muchos de ellos dieron testimonio de cómo se habían dado los hechos y que, al contrario de lo que había informado el gobierno, los iraquíes usaron sus misiles con una intensidad muy superior a la informada y muchas de ellas, con cabezas de guerra Química albergando “Gas Mostaza” o “Sarín” y Biológica “Agente botulimico” y “Antrax”. Tras una larga lucha y circunscripto en la ley de Libertad de Información, los veteranos lograron que se desclasificaran algunos documentos como el NBC-DESK LOG en el cual se detalló el incidente en el puerto de Jubail pero, con convenientes mutilaciones en el expediente.


En dichos cuerpos administrativos que habían sido sepultados en los archivos del Pentágono, a pesar de su liberación, se pudieron advertir que desde el inicio los reportes se encargaron de negar sistemáticamente la existencia del ataque químico concluyendo en algunas de sus piezas: SCUD ALERT 2. NO CHEMICAL WARHEAD REPORTS “no hay cabeza químicas reportadas”. A pesar de que varias secciones de estos informes faltaban, para los veteranos fue un triunfo y un gran avance por lograr saber que era lo que realmente había pasado y que a su vez, el gobierno asumiera las responsabilidades por aquellos hechos.


Con el paso de dos décadas y media de aquellos hechos, los informes independientes sobre el tema, en especial realizado por el profesor emérito Malcom Hooper de la Universidad Sunderland y asesor del gobierno británico en asuntos sobre las “enfermedades de la guerra del golfo”, han arrojado luz las aberraciones que se realizaron en aquella guerra que quedó documentado en el informe titulado “La Guerra más tóxica de la historia moderna”, de la cual no solo fueron afectadas las tropas terrestres y las poblaciones locales sino también, al personal aeronáutico y naval involucrado en la campaña “Tormenta del Desierto”.

17/10/15

“AQUEL EXTRAÑO GOLPE MORTAL EN DAHARAN”


VETERANOS DE AYER

La versión de lo que realmente puedo ocurrir encubierta por la censura militar de entonces


Por. Charles H. Slim



No importa que hayan pasado 25 años de la llamada guerra del Golfo Pérsico; en una mirada retrospectiva, siguen habiendo varios hechos que en su momento carecieron de una explicación creíble. Uno de ellos fue el ocurrido el 25 de febrero de 1991 con la caída de un supuesto misil “SS-Scud” en medio del Cuartel General estadounidense en “Darahan”, Arabia Saudita. Las investigaciones oficiales encargadas por el Pentágono alegaron que se trato en un fallo en el software del sistema antimisiles “Patriot” que no pudo interceptarlo, pero nunca quisieron develar cómo un misil que presumiblemente no tenía guía, pudo haber impactado con tanta precisión en el centro desde donde se dirigían parte de las operaciones estratégicas.


Una de las características salientes de este conflicto radico en la preponderancia y hasta la exagerada confiablidad que se puso en la electrónica, como factor determinante para golpear al enemigo. Quien puede olvidarse cuando por la CNN se podían ver los misiles “Hell-fire” llegado a un blanco en Bagdad o sobre un tanque en Kuwait. Los generales sentados en sus refrigeradas salas de sus comandos en Arabia Saudita entre risas y café, celebraban los exitosos golpes contra la maquinaria de Saddam pero, pronto comenzaron a ver que había ciertos imponderables que no se habían previsto. Uno de estos era que, los ojos electrónicos de las cabezas de los misiles no sabían distinguir entre un verdadero tanque T-55 o una maqueta de goma que poblaron varios frentes falsos entre Kuwait e Iraq.


Igualmente y con la seguridad de que esos bochornosos episodios no serían ventilados por la cadena de Peter Arnet –titular de la CNN- , especialmente comprado por el Departamento de Estado para difundir un producto refinado para el consumo de la opinión pública estadounidense que además de mostrarles superioridad, no evidenciaba bajas inocentes. También era un mensaje para los que buscaran desafiar a los EEUU en su meteórico ascenso como única potencia hegemónica mundial, diciéndoles algo así como que sus armas eran infalibles y no habría rival para ellos.


Tal como habíamos visto en  publicaciones anterior (V. VETERANOS DE AYER : LA PELIGROSA TAREA DE LOS HELICOPTEROS EN EL TOK 1991) la guerra psicológica desarrollada por el pentágono a través de la CNN, pudo tapar varias realidades que no convenían a los intereses políticos y geoestratégicos de Washington. De haberse sabido que un misil supuestamente “inteligente” de varios millones de dólares era burlado por una maqueta o un viejo camión disfrazado como un sistema “Roland”, hubiera costado cuando menos, el puesto del jefe de contrainteligencia del CENTCOM y el despido de todos sus subordinados.


Y aunque estos hechos fueron reportados y evaluados por los analistas militares y de inteligencia, lejos estuvieron de arreglarlo y siguieron recomendando a la “pata electrónica”, como la mejor herramienta de reconocimiento de blancos y el futuro en las guerras que vendrían en adelante.


Este enamoramiento con la guerra electrónica alcanzó a la inteligencia, que con dispositivos novedosos, sensores y visores infra rojos y los ojos vigilantes de los aviones AWACS y satélites del NORAD, se dejaron de lado a los viejos métodos del espionaje humano. Los jóvenes oficiales de inteligencia militar a cargo del MARCENT, claramente ebrios de soberbia no respetaban la historia de sus predecesores y en algunas oportunidades solían comentar, “que a esos generales que siguen pensando en patrullas de reconocimiento habría que mandarlos a un museo”.


Era cierto que este factor, fue preponderante para que los estadounidenses y la Coalición aliada que les acompaño en la aventura, sacaran algo de ventaja sobre los iraquíes, aunque estos también tenían sus propios métodos y “dispositivos” bajo la manga. De esta manera los aviones estadounidenses y estaciones de poder montadas en Arabia saudita, Jordania, Turquía y tal vez en Omán, triangularon una red electrónica de interferencia y corte de las comunicaciones de todo Kuwait e Iraq como parte de las operaciones de “Engaño” y en aprestos de tantear las reacciones del enemigo.


De esta manera, el comando aliado había confiado sus fuentes de información a y solo a lo que los aviones espía, de reconocimiento –Drones lanzados desde portaaviones- y en especial a las imágenes que recopilaba la red de satélites que enviaba constantemente –y cuando el clima ayudaba- imágenes del terreno para que fueran procesadas por los analistas en los Comandos de operaciones y a su vez fueran comunicadas a las diversas unidades que esperaban ordenes para moverse. Realmente, las imágenes eran muy claras e incluso sugerentes pero, muchas de ellas terminaron reflejando lo que Saddam había querido que vieran. Uno de esos casos –y que, como muchos más, fueron sepultados bajo la absoluta censura- fue el ataque aéreo con ocho toneladas de bombas, a una supuesta columna de tanques T-72 y vehículos blindados a 40 millas al norte de la localidad saudita de “Al Ruqi” del lado kuwaití. El informe fechado el 28 de enero que señaló una avanzada de 20 tanques de origen ruso T-72 que seguramente eran de la “Guardia Republicana” y diez vehículos acorazados de transporte, provenía de las fotografías obtenidas por un reconocimiento de un Drone que, fue ratificado por la información de los sistemas NORAD. La columna parecía estar estacionada y no se detectó nada sospechoso. Cuando se estudiaron fotografías inmediatamente posteriores al ataque, las evidencias eran contundentes: “pedazos de goma de maquetas ardiendo y humeantes se derretían en las arenas de aquel lugar”. Algunas fuentes indiscretas habían revelado las reacciones de algunos de los jefes de USMC, como fue el caso del Brigadier “Brute” Kurlak encargado de reforzar el norte del teatro calificaba de imbéciles a los que ordenaban esos ataques sin verificar los blancos.


Pero sus contrapartes sin las ventajas tecnológicas como las vistas, pero con la ventaja de moverse en terreno familiar, siguieron con los viejos métodos de la inteligencia de campo e incluso, operaron en las narices de las tropas de la coalición en medio del centro de operaciones que se había montado en Riyahd.


Uno de las operaciones que se endilgó al error electrónico del software de los Patriot, fue el ataque con un supuesto misil Scud sobre el Comando general de EEUU en la base de Darahan que causó –no las 28 muertes oficialmente informadas- dos centenares de bajas. Otro caso fue el ataque con otro presumible “Scud” sobre el puerto de Al Jubail, donde con precisión milimétrica voló un moderno sistema de misiles costeros emplazados en las inmediaciones, pero que nunca se informó sobre ese detalle.


Pero el suceso acaecido en Darahan, fue particularmente preciso como dañino, que encendió las alarmas –silenciosas por supuesto- de la red de inteligencia y contrainteligencia en todo el teatro de operaciones y que se estrecho incluso, sobre las unidades navales en operaciones. El hecho ha tratado de ser borrado de los records y de los documentos históricos, tratando de dejarlo olvidado como un hecho fortuito y azaroso de los iraquíes. Pero en realidad, algunas fuentes habían indicado que dicho ataque había sido guiado y que en realidad lo que cayó no fue un simple misil “SS-Scud”, sino uno de los misiles “Al Bakr” con cabeza de 250 kgm y guía inteligente que habían desarrollado los iraquíes.



Recordemos que éste misil había sido el producto de los trabajos entre ingenieros egipcios e iraquíes a partir del proyecto “Cóndor” argentino que tras ser abandonado por los técnicos argentos, continuo desarrollándose en Egipto y tras sus terminaciones se entregaron a Saddam Hussein unos cuantos prototipos llamados “Al Badr” que a su vez, fueron reformados para darles más alcance y precisión. Esto último habría sido logrado, aprovechando el desarrollo de una guía inercial que tenía el vector argentino, adaptándolo a una versión iraquí.


En esos avances habían colaborado estrechamente los ingeniosos técnicos norcoreanos que habrían proporcionado un diseño híbrido que facilitaba la adaptación de componentes altamente precisos con mecanismos rudimentarios para los alerones direccionales. Además de ello, Pyon Yang había proporcionado el polígono de pruebas ideal para uno de los objetivos que se estaban buscando con el desarrollo de un misil naval de la largo alcance, un proyecto ambicioso y que preocupó mucho a los israelíes.


Según informes de inteligencia ( en 1987) durante la guerra con Irán, los iraquíes habían probado la efectividad de este modelo perfeccionado del primitivo “Cóndor” sobre puertos e instalaciones iraníes con regular éxito. No obstante, era muy probable que los técnicos iraquíes y europeos que colaboraron en el complejo misilistico “SAAD 16”, pudieran haber logrado una guía de señal análoga codificada. Un dato que no debe dejarse pasar es que varias compañías europeas e incluso norteamericanas posibilitaron esos desarrollos. Así la “Aircraft Research Association”, “Tencom Ltd”, “MBB” entre una media docena de empresas más, pusieron los equipos y la tecnología para l desarrollo de vectores en aquel complejo.


Precisamente en este programa, según algunas fuentes que ratifican documentos últimamente hallados, los ingenieros iraquíes habían desarrollado un sensor que a modo de radio faro, guiaría al misil sin el mínimo error. Pero para que funcionara había que colocar este dispositivo en el blanco a donde debía llegar el misil.


Para algunos expertos, las células de la inteligencia iraquí operando en Arabia saudita pudieron acceder al edificio mismo del Comando de operaciones de la base de Daharan en donde habrían depositado discretamente, dicho sensor que para la época habría tenido el tamaño de un maletín. Incluso la señal emisora de dicho circuito pudo haber causado interferencias en los programas de los sistemas de misiles Patriot que alegaron los militares.


Según muchos militares destacados en esa ciudad, el caos era total. EL movimiento de vehículos y personal no solo de estadounidense sino de árabes sauditas, era constante y muy difícil de controlar. A pesar de que había varios retenes de guardia militar y una seguridad estrecha en los perímetros y dentro del complejo de la base, la ida y venida de oficiales militares de todas las fuerzas occidentales que participaban en las operaciones y de militares sauditas, qataríes, jordanos e incluso pakistaníes, era imposible de controlar.


Tras el ataque las fuerzas militares norteamericanas cercaron el área y no se permitieron ojos indiscretos que supervisaran las tareas de rescate entre los escombros del edificio. Por la forma en que demolió las instalaciones, muchos estuvieron de acuerdo de que aquel misil no solo estuvo precisamente guiado sino que incluso, no habría sido un simple “Scud”. Los restos hallados en los escombros y en las inmediaciones del edificio mostraron que la carcasa del fuselaje de aquel misil era similar al de los misiles soviéticos pero su antigüedad, revelaba que era relativamente nuevo algo que indicaba dos cosas: Era de fabricación propia de Iraq dado que hacían unos tres años que no se adquirían de la URSS los Scud, por lo cual, no había sido entregado por los rusos.


Había sido un golpe táctico devastador, tanto que fue imposible encubrirlo a la prensa dado que había habido miles de testigos que vieron y oyeron como, tras desatarse e ensordecedor sonido de las sirenas de ataque aéreo, una portentosa explosión sacudió a la localidad y que fue seguida por otras más producto de material explosivo de instalaciones anexas. Ante la imposibilidad de silenciar el hecho, los mandos entregaron la exclusiva a la CNN que se encargaría de minimizar las consecuencias informandoentre otras cosas, la ridícula cifra de 28 bajas. Según testimonios que se habían mantenido anónimos, pudieron ver llegar el misil desde la zona portuaria de “Al Khobar” a unos cuantos kilómetros al este y luego escuchar un tremendo estruendo seguido de un hongo de fuego impresionante. Esto además de causar sorpresa en los militares y los encargados de inteligencia, mostró que los misiles de Saddam no solo podían llegar lejos sino que podían elegir con precisión sus blancos.


Para los analistas de información y de las capacidades que realmente tenía Iraq en ese momento, lo ocurrido en “Al Jubair” y en “Darahan” podía ser el preludio de un ataque masivo sobre su joya naval en el Golfo, la base de “Bahrain” situada muy cerca del último ataque, lo que hizo erizar los pelos de la nuca a los principales responsables de la operación de la Tormenta del Desierto.

11/10/15

TECNOLOGIA MILITAR ARGENTINA EN EL GOLFO PÉRSICO


VETERANOS DE AYER

Como Argentina fue una protagonista involuntaria de la historia geopolítica contemporánea en el Oriente Medio


Por. Charles H. Slim y Dany Smith


Para la gran mayoría de los argentinos, lo que sucedió hace veinticinco años en su país es tan olvidable como intrascendente; preguntarles sobre lo que ocurrió en el Golfo Pérsico es algo tan lejano que ni tienen la más mínima idea y otros muchos más, ni saben dónde queda aquel lugar.
Para muchos la historia es una materia intrascendente y para los alumnos de los colegios han solido preguntar ¿qué tiene de útil saber historia? En verdad, la pregunta se encuentra mal formulada dado que solo apunta a tratar el tema como una materia más, dentro de un programa de estudios que el alumno debe aprobar para pasar el año.


La historia no debe entenderse como un elemento o una mercancía que servirá o no servirá para el mundo laboral –como supo ser tratada durante casi segunda mitad del siglo XX- al servicio de un mero ideario utilitarista que en algunos casos, coloque a los próceres en pedestales suprahumanos o en muchos otros, solo busca perpetuar ciertas ideologías dedicadas a tejer un ideario colectivo del cual no se aceptaran disidencias.


Con el paso de los años y en especial con estas dos décadas que llevamos del siglo XXI, se ha revitalizado el valor de la historia de los hechos trascendentes tanto nacionales como a nivel internacional. La historia es una herramienta vital, una brújula de conocimiento para orientar a los pueblos por donde avanzar. Un pueblo que no tiene conciencia de su historia es fácil de estafar.


El caso de Argentina es un caso paradigmático de ello. Pero yendo al tema que nos convoca, el país del


Cono sur ha estado en diferentes dimensiones geopolíticas dependiendo de los gobiernos de turno y no de concienzudas políticas de estado. Tal como el ánimo de una persona, de acuerdo a como se levanta en ese día, así disponen sus políticas los argentinos.

 Aunque cueste creerlo, el desarrollo tecnológico en el campo aeroespacial fue rutilante. Desde la década de los setentas, los ingenieros argentinos caracterizados por una excelente preparación académica pero pobre disposición de material para desarrollar sus proyectos en la realidad,


Esta consuetudinaria situación a la que se ven expuestos los científicos y técnicos nacionales, les llevó a ser campeones de la improvisación agudizando la imaginación y el ingenio.


Como habíamos visto en otro de nuestros artículos (v.http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/10/veteranos-de-ayer-desclasificando-en-el.html ) el producto del conocimiento y desarrollo de técnicos argentinos había sido protagonista muy tempranamente, en lejanos parajes que más tarde serían el centro de las disputas geopolíticas más complejas de toda la historia.


Y es quizá por una historia demasiado inconveniente, rodeada de tabúes que hoy ya se encuentran superados, que se mantuvo muy bien escondido bajo la alfombra de la historia estos desarrollos que mostraban un prometedor futuro para la industria aeroespacial y de la defensa nacional, que seguramente hubiera colocado al país en un sitial muy diferente al que hoy día se encuentra. Hablamos del desarrollo del misil “Cóndor” que pensado y parido por cerebros argentinos, pese a los eternos problemas del financiamiento que aquejan a los sectores de investigación, lograron desarrollar el primer vector de largo alcance “de todo Sudamérica”. Sin dudas esto llamó la atención de los selectos miembros del desarrollo de proyectiles occidentales y orientales, en especial de EEUU, que como siempre intentarían atraer dichos conocimientos para sus propios fines.


La fecha exacta del lanzamiento del proyecto no se conoce con precisión, pero si se ha determinado que fue a inicios de la década de los setenta, entre 1972 y finales de 1973 cuando el entonces ingeniero químico y Mayor del Ejército, Don Argentino Larrabure junto a un equipo de técnicos que también revestían en el ejército comenzaron en Villa María, Córdoba el desarrollo de un vector bastante ambicioso para la región.


Eran años violentos al momento en que se comenzó con este proyecto y la seguridad se veía continuamente jaqueada por el accionar de grupos armados como el FAL, Montoneros, ERP y otros grupúsculos más pequeños que buscaban fines políticos que no viene al caso tocar. En medio de ese caos, el país estaba –pese a la actividad subversiva- en un estado de candidez política que no le permitió a los gobernantes de entonces, ver o al menos intuir lo que podría conllevar para sus más avezados cerebros, ir más allá de lo que le convenía a los intereses externos.


Fue precisamente y aprovechando esas particulares circunstancias que una supuesta agrupación del ERP asaltó las instalaciones militares en Villa María, Falda del Carmen, en Córdoba donde además de secuestrar y luego asesinar al mayor Larrabure y a otros oficiales del ejército, buscaron documentos claramente relacionados con el proyecto en desarrollo. Fue allí donde muchos dudaron sobre la autenticidad de ese ataque y de los autores que lo habrían realizado. Según las pesquisas que se hicieron en el lugar, los asaltantes buscaron información precisa y orientada al tipo de propulsión y características del combustible para el vector. Se sabía que los pistoleros izquierdistas del ERP no tenían ningún interés y menos aun una utilidad en hacerse de esos datos.


Para algunos, el ERP pudo haber sido usado por una agencia de inteligencia externa –muy posiblemente la CIA- que mediante el financiamiento, muy necesario para que opere una guerrilla, pudiera dar ese golpe y además les entregara a Larrabure a los “interrogadores de la agencia” que tras tenerlo cautivo y bajo torturas durante un año, fue definitivamente asesinado.


Por aquel entonces, el ejército desarrollaba sus propios proyectos de defensa y estaba en curso de poner en servicio un cañón de 155mm de diseño propio denominado CITEFA. Algunas fuentes han revelado que para el desarrollo del misil Cóndor, hubo la provisión de fondos inagotables promovidos por la llegada de Juan Domingo Perón al gobierno en 1974 y con la muy buen disposición de su gobierno, se fueron construyendo las instalaciones en Falda del Carmen y el Valle de la Punilla, que serían los epicentros para el trabajo de los ingenieros argentinos.


A la muerte de Perón y tras el golpe de 1976 con el paso de los años el llamado “inagotable financiamiento” fue mermando deliberadamente por la silenciosa intervención diplomática de EEUU y Gran Bretaña y por los canales secretos de sus embajadas en Buenos Aires, desde donde y con la colaboración de agentes locales permitió tener información periódica sobre los avances en el desarrollo del denominado misil “Cóndor”.


Cuando en 1982 se produjo la guerra de las Islas Malvinas, el gobierno militar paralizo el proyecto y se avoco a concentrar sus esfuerzos en el Teatro de operaciones del Atlántico sur, mientras que los británicos y sus aliados por medio de sus agencias de inteligencia operando en el país, intentaron sin éxito frustrar definitivamente el avance del proyecto. Era una oportunidad de oro para el “Foreing Office” que por algún motivo no pudo ser aprovechada y que algunas fuentes lo acusaron a la falta de colaboración de contactos necesarios en el país, para ejecutar una operación similar a la que acabo con la vida de Larrabure y sus camaradas.


Tras la culminación de la guerra y con la llegada del gobierno civil de Raúl Ricardo Alfonsín en 1983, el proyecto del misil Cóndor agonizaba y carente de fondos para continuar, amenazaba con caer en el olvido.


Pero las extrañas atmosferas que rodearon esa época con un gobierno social-demócrata caracterizado por sus variables y cambiantes aristas en sus políticas estaduales, propicio casi de carambola, que el proyecto encontrara los fondos más que necesarios para continuar e incluso pasar a otra etapa en el desarrollo del proyecto misilistico. Sería Egipto quien además de proporcionar los fondos y alternativas para el desarrollo concreto de este vector, conectaría con otro importante actor regional en el desarrollo, experimentación y pruebas en situaciones reales de misiles.





Aquel era nada más ni nada menos que Iraq, un país árabe que enfrascado en una devastadora guerra con Irán, presentaba una inmejorable alternativa para probar en condiciones reales, un misil como “El Cóndor.


A ello había que contar, que el gobierno del entonces presidente Saddam Hussein, estaba dispuesto a financiar en todo lo que fuese necesario el desarrollo y conclusión del proyecto, con claras expectativas de ponerlo en el mercado compitiendo dentro del multimillonario mercado de los misiles balísticos.


A pesar de las buenas perspectivas que se planteaban para la sobrevivencia del proyecto e incluso, con la posibilidad de pasar a otra etapa del mismo, las características del gobierno argentino, demostraría que poco menos, sabía dónde estaba parado al momento de tratar de involucrarse en temas tan delicados y que merecen atención constante y dedicada. Tal como gustaba a los israelíes calificar a los países con gobiernos que no tienen experiencia en estas áreas, o se ríen de ellos o simplemente los llaman “aficionados”.


Precisamente, cuando el proyecto pasar a involucrar a Egipto e Iraq, en especial a Iraq, los israelíes pusieron el grito en el cielo y corrieron inmediatamente a ver a sus colegas británicos quienes inmediatamente llamaron a sus “aliados” en Washington, recriminando el por qué no se les había avisado de que los argentinos estaban en pleno del desarrollo de un misil que podía llegar con mucha precisión a las islas Malvinas.


Lo cierto era que la CIA sabía desde el primer momento, que los argentinos estaban desesperados por fondos para su proyecto y que una de formas de tener conocimiento cercanos sobre ese misil, era hacer la vista gorda sobre los movimientos de sus aliados egipcios y mucho más de su vital aliado árabe “Iraq”.


Conociendo la idiosincrasia de sus funcionarios, los norteamericanos estaban muy seguros de que los archicorruptos políticos que gobernaban en Buenos Aires eran similares a los jerarcas militares que les habían precedido, por lo cual y en el nuevo marco que se vivía en la región, tocando los resortes correctos y propinando generosos incentivos monetarios en funcionarios de segundo nivel, sería mucho más fácil de llegar a conocer el grado de desarrollo alcanzado.


Tal como lo señalaban los israelíes, los norteamericanos también veían a los argentinos como ingenuos en el manejo de los contactos políticos y militares fuera de sus fronteras, algo que contrastaba con sus invaluables y admirables conocimientos de sus técnicos en ingeniería aeroespacial. Mientras en Buenos Aires el gobierno radical se comía a sus propias instituciones, la CIA estaba al tanto de que sus vecinos brasileros trataban infructuosamente emular la capacidad misilistica de los argentinos. Una y otra vez, la aviación brasileña trataba de desarrollar un misil inteligente y de largo alcance basado en la versión MATRA que buscaba imitar las capacidades del Cóndor argentino. Las pruebas que se desarrollaron en el Amazonas y que estaban siendo monitoreadas por la inteligencia naval estadunidense, resultaron un fracaso tras otro, algo que en algunos informes de la ABIN (Inteligencia) fue achacado a sabotajes con algún sistema de interferencia electrónica ejecutado por los estadounidenses.


Con la injerencia egipcia y la invalorable participación de Bagdad en el proyecto del Cóndor 2, el misil prometía muy buenas expectativas técnicas para ponerlo en actividad y que más tarde se proyectaría sobre el área comercial en donde Argentina entraría a un selecto club de armamentos de alta tecnología. Pero en las sombras estaban aquellos –quizá los mismos que habían secuestrado y asesinado a su creador-que se encargarían de que ello no ocurriera. En estas nuevas circunstancias no necesitaban irrumpir en alguna de las bases en Córdoba para tratar de conocer las características del misil. Aunque era mucho más peligroso, los israelíes podían llegar a obtener alguna pieza informativa en Egipto o Iraq.


Durante esos años lo británicos y sus amigos israelíes del Mossad estuvieron muy activos en las actividades entre Buenos Aires, El Cairo y Bagdad. El gobierno absolutamente inoperante de Alfonsín no tenía ni idea que el puerto de Buenos Aires y sus principales enclaves militares eran monitoreados por el MI-6 y el Mossad. Ambos compartían una seria preocupación por el éxito del proyecto “Cóndor” y mucho más, si comenzaban a ser desarrollados en serie para que los tuvieran los árabes. El avance que conllevaba ese misil argentino en manos de los países árabes podría cambiar la balanza geoestratégica en contra de Israel que siempre busco retrasar el desarrollo militar de sus vecinos.


Como los israelíes no querían quedar al descubierto –algo típico en sus operaciones- y buscaban sacarles a los egipcios e iraquíes la posibilidad de obtener un misil con capacidades amenazantes para Tel Aviv ( el primer prototipo logro un alcance de 800km y tras modificaciones llego a 1000kms) por lo que tras realizar actividades de inteligencia sobre los embarques de equipos y materiales desde Buenos Aires a Egipto y los movimientos que habían desde allí a Iraq, acudieron a la CIA para tratar de alarmarlos y a su vez notificaran a Londres. Pero como habíamos visto, los norteamericanos sabían desde el comienzo todos estos movimientos e incluso, participaban en las pruebas de prototipos del “Cóndor 2” en lanzamientos reales contra blancos iraníes; después de todo, ellos querían que “Saddam” aplastara a la revolución chiita de Irán y con un arma tan formidable, avisarles a los británicos hubiera causado un entuerto innecesario.


Una vez que los iraquíes tuvieron sus propios misiles guardados en sus bases y los egipcios habían desarrollado su propia variante a partir del “Cóndor 2”, avisaron a los británicos que ardiendo de furia, buscaron tretas legales para sacar a la Argentina de estos programas y un tiempo más tarde, el proyecto para los argentinos se paralizo y con la llegada de gobierno de Menem en 1989 fue definitivamente desactivado. Por el contrario, las fuerzas armadas de Iraq profundizaron el desarrollo de estos misiles gracias al suministro por parte de Egipto de los llamados misiles “SS-Badr”, que era la ingeniería, diseño y guía del “Cóndor” argentino pero adaptado a modificaciones de los ingenieros egipcios, que llegados a Iraq, a su vez fueron duplicados con modificaciones técnicas realizadas entre ingenieros iraquíes, chinos y de Corea del Norte para hacerlo misil tierra-tierra y una variante novedosa “tierra-agua” con un alcance que iba desde los 675kms hasta los 1000kms.

 Esto último pudo haber significado una grave y fatídica contradicción ya que tras el envío de dos navíos a la guerra de Golfo en 1990-1991 y de haberse extendido e conflicto, algunos han señalado que esos ingenios argentinos podrían haber volado de un solo golpe a una de sus unidades.

El legado del conocimiento argentino fue tan provechoso para los árabes como tan perjudicial para Tel Aviv, que el Mossad había planificado una campaña de sabotajes contra el programa de misiles iraquí, que fue abortada por una filtración que le informó a la inteligencia iraquí sobre aquellos planes.

Como conclusión de todo esto, pudimos ver que Argentina –como reza el dicho- “se quedo sin el pan ni la torta” y con ese típico carácter apocado para los temas serios, abandono la escena cabizbaja y en silencio.


Sin dudas los cerebros argentinos fueron aprovechados y hasta reconocidos en el exterior, que con el parto de este misil que hizo temblar a Londres y que angustió a los israelíes, sobrevive seguramente en el arsenal de alguno de los países involucrados en esta región tan conflictiva y del cual, muy seguramente pronto habrá noticias.

3/10/15

DESCLASIFICANDO PELIGROS EN EL TOK 1990-1991





VETERANOS DE AYER



Uno de los misiles más novedosos que tenía Saddam Hussein hoy podría ser parte del arsenal de la Armada iraní

Por Charles H. Slim

Una fotografía inédita de cómo comenzó el desarrollo del misil “Cóndor” antes de llegar la colaboración de Iraq y Egipto.

Habíamos estado viendo que la campaña militar en el Golfo Pérsico en la última década del siglo XX, estuvo plagada de sucesos y peligros que pretendieron ser pasados por inadvertidos para el conocimiento público.


Pero la opinión pública de los simples ciudadanos de a pie no fueron los únicos engañados por la censura informativa y la propaganda anti-iraquí de la época. Los principales protagonistas en todo esto, quienes deberían exponerse a los severos peligros existentes en la región, fueron víctimas de la desinformación y la censura de lo que realmente había en el otro lado, en el bando del enemigo.


Por aquel entonces, las fuerzas armadas de la república árabe de Iraq representaban la potencia regional que constituía el poder militar real y una amenaza clara especialmente para las políticas que implementaba Israel contra sus vecinos. Pero no eran solo el potencial de su ejército del millón de hombres fogueados por diez años de guerra con su vecino Irán o de su monumental parque de carros blindados y tanques de origen soviético o más aún, las armas químicas que poseía lo que volvía al Iraq de Saddam, una poderosa y temible potencia en la región. Eran sus vectores y los desarrollos que había obtenido en varios proyectos, lo que le daba esta categoría.


En los arsenales secretos de Saddam, la variedad de misiles de larga distancia era más amplia de lo que el Pentágono estaba dispuesto a informar, llevando a determinar que no convenía que se pusieran a conocimiento abierto del público.


Durante toda la crisis se hablo y se publico todo tipo de datos que afirmaban que “Saddam tiene tantos aviones, tiene tantos soldados, tiene tantos misiles” sin particularizar en las calidades de los más importantes elementos con los que contaba Iraq en esa fecha.

 Precisamente uno de los más preocupantes eran los misiles de alcance medio y largo, que para ese momento, era uno de los factores que podían contrapesar en una relación entre naciones hostiles. Se sabía que desde 1984 Iraq estaba trabajando con los egipcios y argentinos para el desarrollo del proyecto “Cóndor” ( con un alcance de 2000 kms) que al ser abandonado por éstos últimos unos años después, fue continuado con éxito por Bagdad.


En campo del desarrollo misilistico también habían participado una docena de empresas europeas y norteamericanas que cada cual en su área, aportaron las piezas y el conocimiento técnico para acelerar la victoria de las fuerzas iraquíes sobre la revolución iraní.


Pero cuando se produce la crisis tras la embestida del 2 de agosto de 1990, todo aquello se volvería contra Washington y sus aliados. Quien hasta ayer había sido “un aliado” , un “socio” y un gobierno que protegería a sus vecinos de la “amenaza revolucionaria iraní”, paso a ser el malo de la película.


En los medios de la época completamente dominados por la versión propagandística impartida por el Departamento de Estado y de los amañados informes elaborados por las agencias de inteligencia, se buscaba potenciar la amenaza pero, enfocándose en ciertas áreas para que no se develaran las verdaderas preocupaciones y objetivos del Pentágono.


Una de las preocupaciones que se mantuvieron bajo la reserva más celosa –aunque parezca extraño- fue el peligro que representaban los misiles iraquíes y en especial un tipo muy especial que según los informes de la época no llegó a utilizarse pero que a su vez, los estadounidense no pudieron hallarlo en la campaña Tormenta del desierto; y ese fue el “SS-AL BAKR” variante tierra-mar que según informes de inteligencia de la época, había estado dotado de un novedoso sistema de guía de radio.


Este misil era una variante del SS-SCUD de origen soviético o mejor dicho, su desarrollo se basó en la estructura y diseño de aquel vector pero con motores más poderosos, mayor capacidad para combustible sólido y lo más novedoso, con una cabeza inteligente que estaría guiada por un sistema de radio novedoso.


Según se conoció, el desarrollo de esta extraña variante de misil se habría realizado en conjunto con ingenieros iraquíes, norcoreanos y chinos que habría sido probado con moderado éxito en los polígonos marítimos frente a la base aérea de Wonsan, en el mar de Corea del Norte.


Lo cierto que las preocupaciones expresadas por el mando naval de la Coalición, pusieron entidad a los rumores sobre la disponibilidad de esta variante de misil para objetivos naval con un rango de alcance de 950 kilómetros para un disparo con un margen de error de un metro del blanco. Los almirantes y los estrategas del Pentágono mostraron su preocupación y necesitaban saber con seguridad si Iraq contaba con tal capacidad y si era viable que estuviera preparada para su uso.


Algunos especularon que estos misiles no llegaron a usarse contra Irán ya que Saddam finalizando el conflicto tras la recaptura de la península de Fao, no lo necesitaba para alcanzar los puertos y bases navales más importantes. Pero a pesar de que desde la propaganda mediática se hablaba de “Saddam el malo” lo cierto era que Washington había sido el mentor y principal respaldo de sus FFAA entregándole mediante terceros países, armas, equipos, pertrechos y la inteligencia satelital que le daba sobre las fuerzas iraníes una ventaja superlativa al momento de preparar una operación de recaptura de territorio.


Para algunos, la CIA estaba al tanto del desarrollo de este misil e incluso algunos informes que habían sido sustraídos a sus colegas del IIS fechados en 1987, hablan de un ataque de prueba para un proyecto que casi estaba culminado. El evento tuvo lugar en el frente suroriental en Um Qssar donde se ubicaba un batallón de la Guardia Republicana con dos de estos exponentes que habían sido llevados en la más absoluta secretetitud cubiertos con lonas color arena. Incluso algunos informantes aseguraron que estuvo presente el mismo presidente Saddam Hussein en los disparos de estos dos misiles que estaban destinados nada menos que al puerto iraní de “Bandar Al Bushehr” a 450 kilómetros en el litoral del golfo.


Uno montado en un vehículo lanzador similar al de los SCUD y otro con que fue montado sobre una plataforma fija con un cubículo que lo aislaba del exterior, se lanzaron ambos vectores que pasaron sobre las cabezas de los impávidos iraníes que no podían hacer más que mirar como esos dos monstruos silbaban rumbo a quién sabe dónde.


Según los reportes de inteligencia –seguramente en la misma zona de Bushehr- los dos misiles impactaron en el área de Bandar pero con algunos miles de metros fuera del blanco marcado. Cuando originalmente se planifico que impactaran sobre la dársena del puerto uno cayó en el área de “Shaghav” a un kilometro al sur del blanco y el otro pareció seguir las señales de radio de la terminal aérea de Bareghan a más de ocho kilómetros del puerto. Como las expectativas no habían sido cubiertas, se decidió que aun el misil no estaba preparado por lo cual había que seguir perfeccionando su sistema de guía.


Lo cierto es que, más allá de este desfase en la precisión del vector, este no solo pudo salir sino también llegar al interior de Irán con total impunidad. Otro aspecto que no se dejo de evaluar como positivo fue el hecho de que pese a la falla en el sistema de guía que había sido calibrado –por así decirlo- con el canal de radio del puerto iraní, ambos siguieron señales de radio salvo que hubo un pequeño detalle que saltaron por encima y ello fue, que no solo había una banda de radio operativa en el sector. Ante esto, las guías siguieron señales análogas que desviaron a los vectores de su blanco principal.


Tras la culminación de la “Tormenta del desierto” en 1991 fue un misterio este proyecto hasta que en 2003 los estadounidenses y sus aliados, entraron en Iraq y entre sus hallazgos tuvieron a varios de estos misiles junto a otra variedad que se escondían en dos bases al sur de Bagdad, los cuales fueron desmontados y tras ser embalados, fueron embarcados discretamente para su traslado a bases estadounidenses en Alemania.


Los planos y especificaciones fueron también arrebatados de las instalaciones y según algunas fuentes, los nombres de los científicos e ingenieros que estaban involucrados en el proyecto misilistico, fueron apuntados a una lista de ejecuciones para que fueran buscados y asesinados por los llamados “escuadrones de la muerte” que, dirigidos por la CIA y colaboradores de otras agencias, llegaron en las sombras junto a los invasores.


Otras fuentes señalaron que varios de los científicos iraquíes pudieron eludir a estos asesinos y huir a Irán, llevando consigo una buena parte del proyecto para que no cayera en las manos de los estadounidenses que, además de usufructuarlos para su provecho se los facilitarían a los israelíes.
Esto último ha vuelto a desatar las mismas intrigas que por aquel entonces se habían abierto con la existencia y la eficacia de este misil, solo que ahora y tras el paso de más de una década, podría haber terminado de perfeccionarse y estaría listo para ser usado por la armada de Irán con mayores probabilidades de que hoy, sea una de las armas navales secretas bajo la manga de Teherán.